jueves, 27 de mayo de 2010

CARTA PARA NO HABLARNOS




CARTA PARA NO HABLARNOS



Últimos y primeros, en que orden si son puestos en un desierto.
Por más que esté en un monte el líder necesita levantar su brazo, no basta con saber que está ahí, debe levantar algo más alto al cielo, debe someter su imagen contra su propio dios que de a ratos es él.

Casi todos tenemos una mezcla de amor y de insulto.
Esa aburrida y dulce somnolencia que produce a veces una amistad y aun así no es posible desprenderse de ella.

Las costaneras son breves contornos de los ojos.

De todas maneras los siglos vuelven a mí y mi afuera ha envejecido
La agonía tiene grietas, se escapa por ahi la realidad.
Hay algo que puedo modificar de mi historia porque la tuya la es la que me lee.
No uses las palabras laterales de tus ideas, las verticales suelen ser más profundas.

Necesito detenerme en algo tan sonso cómo un plástico, hablar por ejemplo de uno simple olvidado en el suelo. Necesito decir algo tan tonto como la inercia de no hablarse.
El plástico está roto, muerto sobre la vereda, alguien lo ha pateado en la molestia de su camino. Alguno lo levantó a ver si todavía había alguna función en su vida. Y volvió a los siglos vuelven a nosotros cómo si nunca hubieran nacido.
Especialmente se escudan dentro de la rabia de los puños inútiles.
No hay nada que apacigüe sin la diéresis los escombros de los ojos, se amontonan, parecen tierras de volquetes, no quiero adormecerme sobre el río flotar sobre esa dulce somnolencia, flotar en agua color madera y respirar con cuidado porque uno ya se sabe ahogado.
Lo hombres invertidos de sacos cruzados, que cruzan delante de mi con una sonrisa color rosa, difícil que sea de una flor, más bien de los se llenan la panza sin mirar por los vidrios oscuros
No vale la pena
Por dónde crees que van los pensamientos cuándo no pueden sanarse. Es una rara obsesión la de no dejar de pensar nunca, nadie deja nunca de pensar. El tema es adónde nos lleva lo que surge en la cabeza, no puedo entrar en el diario del dolor que estaba escribiendo, hay algo que me lo impide en mi memoria.
Un imperativo perdurable en la memoria de la barbarie, en esa que se forma todos los días, con todo esto de la globalización, ya no nos pertenecen ni las propias células
Paro acá ahora y escribo suelta, un verso que salga sólo de las entrañas ¿será posible que no hable de dolor, tienen que ser especialmente algo que retuerza las entrañas?
No lo sé, voy a intentarlo con un tirarlo más lejos, sin dejarlo caer al agua que está cerca. Tal vez ahí hubiera flotado y sólo la mitad de su aspecto quedaría al descubierto, no es tal vez una mala manera, que flote solo con lo que puede leerse, la otra parte la cantará el río.
Dios como me hace falta hoy otra presencia, cómo necesito la sencillez de otros y no esta cabeza que va a mil al ruedo y nadie entiende y lo peor hay gente que dice que es veloz y yo no quiero darme cuenta. Veloz ya no es si no me doy cuenta.
Que lindo sería poder hablarnos y entendernos.
Pero las cosas están dichas cómo para que no nos entendamos.
Es eso es bueno recurrir a la buena lectura, preguntas lo que quieras, cuantas veces quieras, parece que repiten lo mismo pero tu tono cambia siempre. Y siempre están ahí, dispuestos a que los abraces llevándolos debajo del brazo (se conforman con un abrazo amarrete).
Beso la contratapa del libro que me hace vivir un pequeño momento de gloria.
A veces, más me gustaría besar un pedazo distraído de tu cara, pero aunque jures que estás presente, mi alma no la estás mirando.
¿Te importa si aunque no existas todavía te empiezo a decir Pedro?

lunes, 17 de mayo de 2010

HUMO




HUMO





La prohibición de fumar festejaba instalada en casi todo lugar cerrado de Buenos Aires, no aquí, dónde el humo era el aliento de todas las bocas, era el silencio sin movimiento, la espesa caricia de todas las manos en las caras, la última palabra, callada y muerta, la que no discute, un espacio en el aire capaz de contener todos los mensajes sin dueños.
Yo los miraba detrás del mostrador, oculta por una máquina de cerveza tirada que tenía casi mi misma anatomía. Más de una vez no se daban cuenta de mi presencia, ni de mi escote más subido, ni de mi boca pintada, ni del amor al que alguna vez jugué con casi todos ellos, eso sí, de a unito.

Los veía medio girado el cuerpo y el codo sobre la madera, arrugada ya la camisa sucia con olores rancios, la boca seca y algunos músculos que solitos ya sabían donde descansarse.
Frascos de colores vagos en la curva del mostrador y una vela corta en un plato de barro. Ya no hay botellas después de las últimas embestidas, emboscadas.
Ya no se buscaba el estaño después de algunos golpes en la nuca de quiénes no volvieron a levantarse
No se daban vuelta, los triángulos de espejos detrás de la barra partían sus caras en callecitas poco iluminadas, partidas así cómo pequeñas cicatrices.

- ¿La dejaste?
Los párpados bajos apretaron la mirada contra el suelo sabiendo que el piso a veces se nubla, a veces se mueve y es bueno pensar que no son los ojos los ariscos.
- Tengo que sacar un papel antes de contarte, traté de anotarlo.
Metió la mano en el bolsillo y escuchó la candorosa amabilidad de las monedas, su salvoconducto en las tardes de rabiosas borracheras. Llevaba el cambio justo y en un confuso desorden de palabras le extendían un boleto hasta dónde alcanzara. Podía dormirse tranquilo sabiendo que lo despertarían cerca de su barrio.
- La dejé –continuó-, empezó a hablarme raro, cada vez que quería estar un rato con ella me salía con cosas como- levantó el papel a la luz de la vela y leyó: estudiarse para adentro, ver el interior de cada uno, tratar de hacer un proyecto para cambiar mi vida aunque no fuera con ella. Parecía la secretaría general de un sindicato que integraba yo solo. No es que no le entendía, las iglesias ésas que pasan por televisión a las mil de la madrugada de brasileros que no se les entiende ni una jota, dicen lo mismo.
- ¿Y todo eso para qué?
- Dice que es para ser mejor, que lo único que conoce de nosotros es la forma de tomar hasta que nos sacan arrastrados de los brazos hasta el callejón. Que nunca vamos a ser nadie.
- ¿Por qué me hablas en plural si se supone que se trata de vos solo?
- ¡No me vas a dejar solo en esta podrida! Si me dejas vas a tener que buscar palabras en el diccionario para entenderme.
¿Qué les pasa a todas que hasta mi señora habla de plantar zapallos en un balde?

Hablaban de lo que decía mi boca, la mía, la de tantos besos sobre sus heridas, la de tantos murmullos en diminutivos para que pudieran entender los oídos que seguramente sangraban alcohol por dentro, mi boca, la mía, empezó a torcerse hacia un costado en dónde mi lengua moja mis labios antes de vociferar sin detenerse. Y no hablaron de mis brazos, no hablaron, ni de mi pecho, ni de mi cama. Y entonces, nada dijo mi boca.
En mi memoria el silencio se desbocó desesperadamente en olvido.
Tiré el libro que me enseñaba esas cosas en el mismo callejón de barro cerca del Riachuelo, muy pegado a la basura, dónde los hombres que no levanto quedan por mucho rato.
Cualquiera desde la calle de la otra orilla, mirando salir el sol sobre el río menos oscuro, pueda ver tal vez como la luz de una vela me deforma la cara, hasta divinizar esta expresión un poco bestial, la de advertir este cementerio lento, esta tristeza dónde un cielo de humo baja pegajoso como un ojo feroz en la noche hasta rozar mis polleras otra vez mañana y otra vez después de mañana.

Mercedes Sáenz

sábado, 15 de mayo de 2010

¡FELICITACIONES LAURA ELIZALDE!

FONDO NACIONAL DE LAS ARTES


GANADORES DEL REGIMEN DE FOMENTO A LA PRODUCCION LITERARIA NACIONAL Y ESTIMULO A LA INDUSTRIA EDITORIAL AÑO 2009

GENERO NOVELA
1º Premio:

Título: “De nada. Pericles de Atenas”

Seud: Snorri Nº88

Autor: LAURA ELIZALDE, de CABA

Importe:$10.000.-

el jurado fue:


Jurados: Carlos Chernov, Guillermo Martínez y Jorge Accame.


FELICITACIONES DE NUEVO LAURA ELIZALDE.
UN ABRAZO TRIPLE.
MERCI

ALGO DE LAURA


Muestras de trabajo

El Profanador Novela, narrativa histórica No puedo pensar como un hombre, tiendo a pensar como un Dios, como ese Dios a quien no conozco..." En un texto cargado
El Profanador
Grijalbo

narrativa historica

Novel Narrativ a histórica Ptolomeo II, hijo de un general de Alejandro Magno, coronado rey de Egipto hacia el 280 AC, es el que habla. Conoceremos la intimidad de sus pensam
Novel Narrativ a histórica
Grijalbo

narrativa historica
Un día fue nadie
Cuento corto


Un actor va a una prueba por un papel en una obra de teatro, en el trayecto le sucederan algunas cosas y finalmente alcanzará su personaje.




Cuento corto
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Especialidades Narrativa

Poesía

Relato breve

Teatro

Libros electrónicos no he editado libros electronicos
Audiolibros no he editado audiolibros
EditorialesLlevo dos libros publicados con Ed Grijalbo Random HOuse Mondadori

Títulos publicadosEl Depredador . Ptolomeo II de Egipto.

El Profanador. Herodes El Grande

Otros serviciosAsesoramiento en la lectura de borradores, corrección de textos.

ReseñasComentario en el diario La Nación suplemento de Cultura (papel y online)

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=446222



Ptolomeo II Filadelfo, Señor de Alejandría, hijo de un general de Alejandro Magno y educado por preceptores griegos, reina en Egipto hacia fines del siglo III a. C. Guerrero cruel y al mismo tiempo protector de las letras y las artes, es un hombre extremadamente bello que vive enamorado de su esposa y de su hermana -con las que da forma a un raro triángulo erótico-, tanto como de las palabras y las bellas estatuas. Respetuoso adorador de los dioses, atraído por las cosmogonías orientales es, a la vez, un filósofo capaz de sentir la emoción estética del pensamiento; un ser sensual y refinado que prefiere el pensar al saber porque el que sabe está condenado a la soledad, lo que no logra eximirlo de la angustia de enfrentarse a la idea de la degradación del cuerpo, la enfermedad y, finalmente, la nada.

Ya desde el primer capítulo el relato atrapa. En él el protagonista, que vive un episodio amoroso con una esclava ciega, asiste a un banquete iniciático con su padre. Producida la muerte de éste (es conmovedora la descripción del hijo llevando el cadáver embalsamado de su progenitor por las aguas del Nilo), Ptolomeo libra un combate victorioso contra los asirios.

La historia abunda en momentos de insoslayable interés y belleza literaria, como los diálogos de Ptolomeo con el poeta Calímaco y los que mantiene con el geómetra Euclides, que le ayuda a ganar una desigual batalla naval mediante el cálculo científico; la descripción de la mítica Biblioteca de Alejandría y la del cuerpo desnudo de su hermana Arsinoe II, así como su amor por la antigua Grecia: "La Grecia de Atenas, la Grecia que quería ser y no tener. La Grecia que no acumulaba ni países ni conocimientos, la Grecia que prefería las preguntas a las respuestas, porque en las preguntas hay belleza. El que pregunta es un buscador de asombros, el que responde es un abastecedor de certezas, y la certeza tal vez sea la asesina del pensamiento".

Todo el texto tiene el mismo tono elevado, un estilo majestuoso, de inusual calidad estética, enjoyado de imágenes y paradojas que descubren la secreta relación o identidad entre conceptos aparentemente contradictorios. Esta novela del poder y la guerra, del erotismo y la fascinación del pensamiento, enmarcada en la sugestiva evocación del antiguo Egipto, constituye un hito extraño y valioso en la amplia y despareja producción del conocido escritor y, a la vez, un comienzo auspicioso para la joven Laura Elizalde.

Antonio Requeni

lunes, 10 de mayo de 2010

APENAS UNA IDEA



APENAS UNA IDEA

demorarte duele,
pensarte allí, después de volver la hora,
la misma de ayer, quieta y ambigua.

otra vez el cuándo
mi tierra tiembla
y después esa meseta,
ese campo raso en dónde los pies inmóviles
quedan solos arriba del pasto
sin mi.


me hace bien pensarte
aunque no sepa qué hacer con vos.
ignorar siempre antes que todo
pero me hace estar viva
saberte.


juega la luz y te hacés mármol
piedra y barro,
hilitos

y no aprendí a conjugarte.

Mercedes Sáenz