Vuelan suaves, desde el fondo silban una transparencia leve. Imagen de Marcela Baubeau de Secondigne
miércoles, 16 de marzo de 2011
COMPARTIR
Estoy varias horas todos los días en este lugar.
Puedo escribir un poco pero mucho más es lo que puedo leer. A los que leo no necesito corregirlos ni darle palos como a mis escritos tibios. Los disfruto, los aprendo, los comparto.
Gracias quiero decirles por todos los mails afectuosos que me siguen llegando.
Hasta muy pronto y un abrazo más que redondo y gigante
Mercedes
miércoles, 2 de marzo de 2011
A PEDIDO DE AMELIA ARELLANO
Tomado del blog de Dario Falconi
www.dariofalconi.blogspot.com
a quién agradezco nuevamente.
Árbol equivocado
Mercedes Sáenz
me oculto
de un hambre harapiento de palabras,
la derrota que no entiendo
de no sé qué guerras.
invisible, invisible
el árbol de Diana me hace sombra
(tanta transparencia).
me alejo de mi propio sudario
(un hueco oscuro de pasillos)
no hay sombras,
no hay palabras.
era un almendro, creo,
uno que me miraba carey y en un solo tal vez
algo sombrío.
(en el árbol no hay hipocresía).
*- * - * - * - * - *
Sin sed
Mercedes Sáenz
un soplido leve
dibuja el oído
en el segundo largo de la noche.
parece
sólo parece
que algo se oyera
y no hay nombre
que rompa
como en el cine
el falso vidrio
de azúcar.
estabas casi siempre ahí
invisible
sin adjetivos
desnudo
y sin piel
asomado a mí
con una pipa
jugando
sobre tu boca.
ahora
no hay sed
ni voracidad
en tu nombre.
te volviste tiempo.
*- * - * - * - * - *
www.dariofalconi.blogspot.com
a quién agradezco nuevamente.
Árbol equivocado
Mercedes Sáenz
me oculto
de un hambre harapiento de palabras,
la derrota que no entiendo
de no sé qué guerras.
invisible, invisible
el árbol de Diana me hace sombra
(tanta transparencia).
me alejo de mi propio sudario
(un hueco oscuro de pasillos)
no hay sombras,
no hay palabras.
era un almendro, creo,
uno que me miraba carey y en un solo tal vez
algo sombrío.
(en el árbol no hay hipocresía).
*- * - * - * - * - *
Sin sed
Mercedes Sáenz
un soplido leve
dibuja el oído
en el segundo largo de la noche.
parece
sólo parece
que algo se oyera
y no hay nombre
que rompa
como en el cine
el falso vidrio
de azúcar.
estabas casi siempre ahí
invisible
sin adjetivos
desnudo
y sin piel
asomado a mí
con una pipa
jugando
sobre tu boca.
ahora
no hay sed
ni voracidad
en tu nombre.
te volviste tiempo.
*- * - * - * - * - *
Suscribirse a:
Entradas (Atom)