SIEMPRE LA DUDA
He visto una caverna con campanas
y caminar animales sobre estepas de cielo, tengo todavía los ásperos sueños
de creer que entenderse se entendía.
No leo como vos la luna
y he visto cómo se posterga siempre más lejos el jardín en que creí que caía.
Antes de pronunciar mamá ya era la duda.
Y soy ahora, sin narcisos, sin diosas griegas la loca de varias casas.
No soy por elección la que me parieron
ni la que me hicieron,
ni la que me hice hacer.
No creo que nadie sepa si mi bipolaridad tiene más de dos vértices,
yo cuento siete,
siete sin ninguna valentía.
Sentada en el suelo, estoy parada sola sin saber qué hacer en un dudoso silencio conmigo.
Mercedes Sáenz