martes, 11 de junio de 2024

 

FOTO CONVERSA


Me desperté llorando algo lluvioso, con algo de barro en las articulaciones y con mucho viento de arena en los ojos. Esto es de la edad pensé primero y sin duda lo era.

Después apareció eso que al alma le damos, la edad que necesitamos.

Y apareciste vos, muy señor mío. Vos turbulento, racional tranquilo, loco irreverente, inteligente hasta donde llegaban mis sorpresas con algo de generosidad que alguien te prestaba. Tu sonrisa escondida casi siempre debajo de la boca, aún después de una carcajada. Y entonces aparecías tus ojos chiquitos y oscuros, mezcla de cuis y de diamantes. Y es ahí donde siempre te encontraba en el cariño, aún en la mentira. En la duda, tus famosas dudas. Nunca fui muy inteligente pero cuando hacíamos taller, los ojos míos te sacaban de quicio. En ese tiempo yo miraba de manera entera, sin anteojos de por medio y una mesa de bar no te permitía escaparte más que un rato al baño, “me haces enojar chiquita, discutís de mala fe” Yo de chiquita no tenía nada.

No discutíamos de literatura ni lazos familiares, ni costumbres inglesas.  Nada de eso. Y de política no hablábamos jamás.

Discutíamos por como quedaba un renglón de los que yo estaba escribiendo.

No faltaste jamás a una clase de las nuestras.

Como con ciertas reglas de educación eras muy meticuloso, pensé que tu presencia perfecta se debía a que al principio compartíamos las clases con una amiga.

Pero ella dejo de venir y vos no.

Por momentos ese bar parecía tu oficina, salían dos de una mesa y entraba otra. Hacías una leve seña de esperar un poquito, mientras me tomaba un café imaginando cualquier historia de tus alumnos. Nunca acertaba ninguna. Los agrandaba, los personificaba en situaciones que nada tenían que ver con la vida que de ellos me contabas.

Una vez me hiciste presenciar parte de la corrección del libro de un psicólogo. No le debe de haber hecho nada de gracia. No sé qué explicación le habrás dado después.

Yo no emití palabra.

Y algo más se oscurecieron tus cuises o tus diamantes.  No se volvió a hablar del tema. Hiciste que sacara mis pobres papeles y la tarde siguió casi como siempre.

Hoy estás conmigo en estas líneas porque es tu cumpleaños. Tengo pocas fotos de gente que quiero mucho y que en cierta manera se fue. Tuyo sólo tengo, un discreto cuadro al alcance de mis ojos. Un buenísimo artículo de Paula Pérez Alonso que se llama “Pensar en contra". Se te recuerda con cariño y te veo ahí mucho mejor que en una foto padre.

 


Merci

 

miércoles, 5 de junio de 2024

 



ALGÚN ÚLTIMO POEMA


He buscado una luna

sobre la negra noche

que parezca pálido cristal

cómo tu última mirada.

miré otra vez tus letras

algo cansadas

no queriendo

deslizarse hacia la izquierda.

con palabras ásperas

que se rompen en mi mano

con solo tocarlas

y después las suelto,

Papel picado ya,

como mariposas muertas.

He buscado la noche

al filo de esa luz que tiembla

color ceniza, casi amarillo muerto.

El árbol más grande

tenía tantos brazos

y mi frente ahí

un pichón sin alas.



He buscado esta noche

como una gorra negra

para taparme los ojos

y decirte adiós

amigo mío,

y no encuentro palabras

¿qué clase de amigo has sido

que te has convertido en

nada?



Mercedes Sáenz