
LA PALABRA
Sólo una línea, la que sin querer derramó el cántaro de agua.
La pisada de aquél del que nada sé.
En la tierra la marca de una túnica que se arrastra al caminar
El instante en que el hombre afinaba los ojos para retener los rojos de la tarde.
El por qué de los llantos callados al volver de la guerra.
La música del viento y de los cuerpos estirando las sombras alrededor del fuego y la alegría no tenía abecedario.
La mano sin decir.
El pan que se lleva el hambre y de la manta que además de sombra tapa el frío. ´
Todo alrededor es instante y palabra y en esa pequeñez escribo.
Útil mortalidad la mía que me hace débil por no poder atrapar el instante.
Todo lo dicho por mí es tan pobre porque no me atrevo al olvido de escribir y entonces todo lo convierto en palabras.
Mercedes Sáenz