martes, 7 de diciembre de 2010

EXPOSICIÓN

EXPOSICIÓN




Entera de ébano, generoso vestido blanco, dos gestos la cara.
Raulí hasta las manos y el hierro sostiene la nueva escultura.
El mármol no es blanco, los pies por debajo de la otra ropa.
Quebracho caliente, en otra, casi de mi media altura, con moño anudado y meses de trapos de lija y ceras.
Candel que me mira, hartos y quietos, la mano me roza.
Y más allá un cuadro, en todo un espacio, esperando algo.
Eran troncos de una sola pieza y con maestría le pusieron caras y manos.
Y los vistieron decentes, como un domingo en la plaza del pueblo
Pintadas hay dos bailarinas detrás de los vidrios.
Y su escultora camina en un pueblo de palos y ellos la miran,
Como si el trabajo duro pesara liviano.
Cuando apagan la luz, tienen miedo, se los van llevando.
Las manos son grandes, se tocan un poco.
No saben mañana si los pies enormes sirvieron de algo.
Marisa Insúa y la eternidad –ternura- del árbol y el mármol.

Mercedes Sáenz

2 comentarios:

romi dijo...

Muy lindo texto Merci como siempre.


Besos

romi

Unknown dijo...

ternura, tristeza, despedida; hablan los seres. Besos y gracias Julia