miércoles, 25 de noviembre de 2009

LA PALABRA




LA PALABRA

Dame sólo una línea, la que sin querer derramó el cántaro de agua.
La pisada de aquel que no sabés quién es ni a dónde va.
No borres de la tierra la marca de una túnica que se arrastra al caminar
No guardes al niño que dibuja la arena ni la mano que pintándose primero las marcó en la gruta.
Dame el instante en que el hombre afinaba los ojos para retener los rojos de la tarde. Dame el silencio del alma en las inmensidades aún desconocidas.
Dame cuándo entendido era el porque de los llantos callados al volver de la guerra.
Dame la música del viento y de los cuerpos estirando las sombras alrededor del fuego y la alegría no tenía abecedario.
Dame la mano sin decir.
Abrí los ojos hacia otros que se abrirán a los tuyos.
Toma del pan que se lleva el hambre y de la manta que además de sombra tapa el frío. Mira sólo alrededor y en la pequeñez sabrás porque el hombre escribe.
Su inútil mortalidad se hace débil por no poder atrapar el instante.
Porque no se atreve al olvido y entonces todo lo convierte en palabras.


Mercedes Sáenz

viernes, 20 de noviembre de 2009

ANTOLOGIA DE NARRADORES DE ARTESANÍAS LITERARIAS

Antología de Narradores de Artesanías Literarias


Antología de Narradores de Artesanías Literarias, editado por Artesanías Literarios Libros en Septiembre de 2009.

En esta Antología, nos encontramos con Viajes…Vuelos, alas… alas de pájaros, de aves, de moscas, de imaginación, de búsquedas, de fantasías, de recuerdos. De fantasmas… de todo hay en la elección de cuentos; nada igual de uno a otro. La vida, las emociones en movimiento constante, fantasmas imaginarios y reales. Humor, encanto, tragedia, todo pasa por estas páginas a vuelo de ave como paloma blanca de mirada atenta. Cada uno en su estilo, con su voz particular, respetando la palabra y ofreciendo excelencia de relatos. Recorriendo recovecos de infancia, de incertidumbre, de dudas, como un punto de crecimiento. Aunados en algo en común: todos, voces en www.artesanias.argentina.co.il


Paranoia , Mercedes Sanz: Viaje en lancha. Un comienzo de cuento que pasea al lector por un poco de ilógica, hasta que se comprende la situación. Suspenso, aparentes certidumbres o sospechas del lector, que Mercedes enseguida desbarata. Misterio. También aquí el viaje, en lancha, y la mirada del otro, atemorizando. Esa necesidad de frases largas por decirlo todo junto, antes de que se haga tarde. Escondites de unos y otros, y recovecos en el río. Angustias: “hay un arroyo feo que suele estar bajo pero nada lo quiero porque mi pies siempre tropiezan con cosas dentro del agua que parece mansa… Y un final de atraco en el muelle con sorpresa. Con la maestría que le es habitual, nos pinta una realidad a la que ella nunca le da vuelta la cara

GRACIAS ELSA POR TUS COMENTARIOS. UN FUERTE ABRAZO

A CONTINUACIÓN INCLUYO LOS COMENTARIOS DE TODOS LOS CUENTOS
Pájaros enjaulados (el colectivo), Xafier Leib’s: ¿Viaje en colectivo? Abruptamente nos instala en el colectivo, humorística ante la situación de una señora desarmándolo, para sumir a los pasajeros enjaulados en un colectivo inmóvil del que son incapaces de escapar, salvo por el adulto que sigue la voz del niño. Cuántas preguntas internas nos aparecen adentro, al presenciar esas órdenes y contramarchas disparatadas de las que nadie se libera en ¿el colectivo? El humor combinado con lo ilógico del suceso, hace volar la imaginación por el texto. Todos pájaros…pajarones…pajaritos. Otro excelente acierto de Xafier’s.

Un trolebús en el bar Baviera , Carlos Arturo Trinelli: Viaje a las soledades. Ofreciéndonos también humor, pero en un viaje diferente: un trolebús que se toma o se deja, bordeando al filo de la borrachera y la homosexualidad. Maneja la ternura convincentemente y, de pronto, nos arranca la carcajada inevitable. Nuevas soledades sobrevolando el Baviera y la desopilante ¿o triste? Experiencia de pájaros en la mano que deben enjaularse a tiempo. Excelente manejo del personaje entrando en el relato del otro que, manejado por reflexiones muy simpáticas con sabor a trago, le va modificando la actitud, pero jamás las mañas. Y vamos que ninguno de los dos las pierden!

Paranoia , Mercedes Sanz: Viaje en lancha. Un comienzo de cuento que pasea al lector por un poco de ilógica, hasta que se comprende la situación. Suspenso, aparentes certidumbres o sospechas del lector, que Mercedes enseguida desbarata. Misterio. También aquí el viaje, en lancha, y la mirada del otro, atemorizando. Esa necesidad de frases largas por decirlo todo junto, antes de que se haga tarde. Escondites de unos y otros, y recovecos en el río. Angustias: “hay un arroyo feo que suele estar bajo pero nada lo quiero porque mi pies siempre tropiezan con cosas dentro del agua que parece mansa… Y un final de atraco en el muelle con sorpresa. Con la maestría que le es habitual, nos pinta una realidad a la que ella nunca le da vuelta la cara.

Game over , Marta Ravizzi: Viaje en auto. Impecable relato corto de un viaje de terror en familia, y la voz de un niño que, desde el asiento de atrás, se debate en lucha cuerpo a cuerpo con el ejército contrario. Doble victoria: la del niño y la de final de cuento. Y como trasfondo, el espanto de la niñez jugando a la guerra por un bonus de vida.

El escritor espectro , Andrés Aldao: Viaje por los bordes. Nos lleva de aquí para allá, acompañando a un escritor del montón, sujeto a una vida de ahogos, aprietes, censuras, recortes y exigencias, “cumpliendo encargues estrafalarios y caprichos del editor”. Nos regala una minuciosa y realista descripción de la editorial contra las que se estamparán también las fantasías de su personaje, Berger. Subyace al relato, algo así como el porqué de la publicación de esta Antología. La desesperación y un giro inesperado porque la vida siempre nos hace esas jugarretas.

El adiós del piano de la esquina , ElsaJaná: Viaje por mudanza. Extraño recorrerme en este transitar por el “camión de la desesperanza”, en un intento de minimizar fantasmas del pasado que, muchas veces, siguen pisoteando las sombras. Mucho de ternura y mucho de recuerdos. Toques de fantasía y la invención, elementos de los que me cuesta desprenderme en los relatos. Este cuento pertenece al capítulo de una seguidilla de cuentos novelados. Me gustó leerme, “obligándome a volver a ese enorme país del barrio de mi infancia que ya no existe.”

El huésped , Silvia Loustau: Viaje a la infancia. Desde el comienzo misterioso, nos lleva como niños, a develar la incógnita. Despojada de su lenguaje poético, nos introduce en un lenguaje simple y envolvente de cuento de hadas y, sin aviso previo, nos somete al miedo y al espanto de un crecer con fantasmas reales. Nos da respiro con los juegos en la casa de Manuel y su padre, el aviador…Vuelos…más altos que las pesadillas y los aleteos extraños…Aquí aparece la Silvia de lenguaje hermético que conocemos, esas que nos juega en un entrelíneas que arréglatelas para develar…y el miedo…y claveles rojos al río.

Yo soy Borges , Ester Mann: Viaje a la imaginación. Con una carta abre su relato, y con ella, el suspenso y la curiosidad por hurgar en una historia ajena, concentrando en ella todo el interés y la energía mental del lector. Sólo… ¿ficciones? Mann se juega con todo aquí, enredándonos en la aparición del hombre ¿culpable? de “aquella muerte casual en una esquina cualquiera”, que vendrá a desquiciarnos con sus afirmaciones. Decir más de este relato, es romperle el encanto, la precisión, el maravilloso juego verdad-mentira, realidad-invención, yo-o el otro. Así que a leerlo! Y una vez más para quienes ya lo hicimos, cada vez con un aspecto nuevo para descubrir.

El perseguidor de sueños , Ernesto Ramírez: Viaje en tren-en barco-en carta. Una manera muy particular de mostrarnos el paso del tiempo y hacernos sentir la soledad. Maravillosa descripción de la Estación Sañoram, que introduce al lector en el pueblo de la infancia y en la historia. Los cuentos de Ernesto suelen venir plagados de perlas aquí algunas: “A ambos lados del camino, las cunetas, largas llagas supurantes, drenaban la miseria del lugar.” / “Las sombras están heridas sobre los planos, humilladas por el fuego del sol.” Tal como nos tiene acostumbrados, Ramírez matiza sus relatos con todos los ingredientes: olores, colores, luces y sombras, sonidos, naturaleza, pereza y rutina campestre-pueblerina, diálogos precisos entre acotaciones repletas de movimiento y mobiliario justificado como si nos mostrara una película, recuerdos maravillosos y el toque mágico de su vuelo imaginativo. Y un final único, irrepetible, con cámara de cerca, para que la película nos cierre, envueltos en lágrimas de emoción.

La tejedora de vientos , Isabel Ali: Viaje en el silbido del viento. Mágico desde el título. Me retrotrajo a títulos como El Patio de los Vientos Perdidos de Roberto Burgos, o a aquel cuento en el que alguien que atrapaba vientos dentro de una vasija. Increíble propuesta, la de Isabel, que en un lenguaje poético nos entreteje en su realismo mágico, acariciados por una brisa inevitablemente que se desprende de su relato. “Pero lo ovillos más bonitos son los que arma con las ráfagas que llegan desde el este, cuando los tornados se desarticulan sobre el mar y cruzan la costa para…” A leerla, amigos! Y a dejarse llevar por los vientos.

La bicicleta roja , Marcelo Dughetti: Viaje en bicicleta. Una bicicleta utilizada sólo para pedalear al lector en la historia circular, gris, rodándolo como los rayos de las ruedas de la bici. El deseo de lo que no es mucho pero sí, algo mejor que nada. La explotación escondida en los juicios de valor. Un dejo de rechazo al diferente, la defensa por lo que se cree bueno. Las disputas de los chicos como cosas de grandes en miniatura. La mishiadura como si un relato alternativo opcional, restándole protagonismo a la bicicleta roja. Y una notable metáfora del poder en las últimas palabras, salvando sólo por azar al que trabaja honradamente.

Rocío , Alicia Susana Gómez: Viaje en escuela. Sólo una maestra, luchando contra la enseñanza formal, podría escribir esta obra de arte en tan pocos renglones. Porque lo único que hizo es sacar del recuerdo una emoción conservada tanto tiempo en secreto, ¿para que?, si la educación consumista y mimificadora, interrumpe hasta las raíces más profundas.

D.T , Amelia Arellano: Viaje en ¿auto o delirium? Un cuento complejo que atrapa. La autora va dosificando los elementos de reconocimiento de la historia. Maneja los temas de un modo natural, pasando por la simple descripción al suspenso, de allí al terror, de pronto nos involucra en una historia de ciencia ficción, para enfrentarnos con una realidad que se abre casi sin que nos demos cuenta. Y hasta nos hace preguntar ¿cómo es que llegamos aquí? ¿Una lección de manejo de estilos?

El nómade , Laura Beatriz Chiesa: Viaje a caballo. Relato de un matón solitario y temido a quien la vida enfrenta con sus errores, en una historia “redondita”, lisa y llana, de la que hasta puede extraerse aprendizaje.

La farsa , Marina Giménez: Viaje en alas entre jaulas. Farsa tan verdadera como la vida misma tras el sueño de ser libre y la ilusión de poder manejar la voluntad personal. Esa libertad que no se gana por sólo desearla. Esa voluntad que no se domina sino que nos fue inculcada como elemento de retención y aceptación. …aunque tal vez, si…Un texto complejo. Da para muchas interpretaciones: la renguera, el ala que se arrastra, la lentitud de la vejez / el “por tu bien” de “arriba está el peligro, la tentación” / el guardián y la jaula/ ¿matar o esperar que la muerte haga su tarea?/ La salida y la parálisis o el miedo a la libertad / Y un final…que sorprende y ¿presenta más alternativas?

La otra calle , Martha Goldin: Viaje por las calles, en el espacio y el tiempo. Hay temas que se comparten sin comentarios. Martha nos dice: “Cuando se huye y se llega a otra parte, la vida es suave aún con sus penurias…la vida suave reclama para calmar las heridas porque ha recuperado su porción de aire en otra parte.” Mis respetos por su texto tan doliente como doloroso.

Comentarios de ElsaJaná .


(Muchísimas gracias Aldao y colaboradores, por incluirme en la Antología). ElsaJaná.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

INSOMNIO




INSOMNIO


Una noche tiré piedras a un vacío
caminé con un palito dibujando la tierra
(palabra que la tierra reza )
hice en el aire paredes de algodón y tiza
(la luna mareaba el agua)
y vos seguías ahí
con silencio de baldosas
muriendo en la vereda.

¿No te cansa resbalar sobre mi cada noche?
perfilar el declive de mi cara sin luz
hasta mi boca
espiarme la abertura de los ojos
tocar mi pelo
soplando negro suave
como si quisieras seducirme.
creo que ya te amigo,
cómo se ama en las noches segundos infinitos,
(no parece cruel desconocer tu espalda)
el último libro se cayó de mi mano
y en la mañana supe lo habías leído entero
y no lo recuerdo.
si vas a seducirme,
acompañame
adivinándome ciego
palpándo en silencio
tu secreto de azúcar,
tu leve intimidad.

Mercedes Sáenz

sábado, 17 de octubre de 2009

ESTRELLA DE AZÚCAR


Era de noche ya y la hora del cansancio de las manos. Terminaba su rutina, sacudía de los guantes de goma las últimas gotas para colgarlos a secar.
El delantal apretaba flojo en la cintura pero así quedaba hasta la hora de irse a la cama.
Una viudez no de esa noche ni la mitad de la noche que fue, ni de la que viene, -un auto sin querer se ocupó de su marido viniendo de frente- la habían encerrado casi sus treinta y nueve años en la cocina.
Era común antes, en la siesta de Venancio, caminar descalza hasta la sombra del caldén y tomar juntos unos mates sin decir una palabra. Con ese mismo silencio, siempre el mismo silencio, él se levantaba y echaba su cuerpo bajo la propia sombra o en otra parte
Varias veces le había pedido que después de la noche la acompañara a compartir un café. Las dos tacitas blancas en la mesa, una carpetita de hilo fino, bordada por su madre hace años ya, una azucarera que brillaba cómo si nunca hubiera conocido otro color.
Ya dormían las cosas del otro lado, ni siquiera la canilla bocaneaba blandos monosílabos.
- Un café Venanzio, vos sólo mirame. Yo me cruzo de piernas y me levanto el pelo, hasta tengo un peine en el bolsillo. Quiero hablar cómo esas de televisión, que no toman mate, que juegan con la cucharita dos horas con la tacita en las faldas. Pero yo a vos te doy café en serio y te cuento mientras lo que dice la radio del clima igualito que va a haber mañana.
Hasta la noche de afuera la dejó sola.
- Otra vez no han podido llegar, los caminos se han puesto feos de nuevo-dijo y levantó la azucarera hasta la altura de los ojos, con un movimiento redondo la estrelló contra el piso mientras con los pies descalzos, sin escoba, barría los pedacitos de color blanco que lastimaban cómo el colmillo de un lobo luna.
Afuera la canilla bocaneaba llantos.

Mercedes Sáenz

viernes, 16 de octubre de 2009

UNA HOJA EN EL SUELO

A tu nombre,

escrito sin corregir, mientras una

hoja se levantaba del suelo



UNA HOJA EN EL SUELO



Hay viento sur, creo
pero las hojas soplan para otro lado
han hablado por vos, creo
o quiero leer una palabra hoja
que se detenga en mi pecho,
no hace falta que te despidas
ya no voy a hablarte.
eras pan y eras sal
eras miel después de lengua
y un fuego brillo de sol
misterioso en mi mano.
nadie se despide de un
puñado de arena que vuelve a dónde
siempre ha pertenecido.
Ya no soy niña.
no hay palmada en el hombro
que conforme,
soy mujer, mucha mujer
y jamás me has conocido.
He de preguntarle a otros
si alguna vez me han visto,
si han sabido leerme,
si me imaginan un poco
estoy acostumbrada a nacer mil veces
pero no sobre los que en mí han muerto.
hay viento sur, creo
y una hoja en el suelo
pequeña
que vuela hacia mi
y su aliento sin tu nombre
sopla abrigo.

Mercedes Sáenz

viernes, 2 de octubre de 2009

EN ESAS ALAS

alma de América es un cóndor
de alas desplegadas,
yo soy manzana.
haber nacido aquí
es sólo un humano simulacro
por desobedecer
una vez al cielo.
alguien me puso aquí
al descuido de Dios,
en América pura y
no puedo caminar sobre otra tierra
descalza al menos.
no entiendo amar de otra manera
cuándo un cóndor puede
suavemente pararse sobre una manzana.
Te pronuncio tierra
y me envuelve la
complicidad que nos tenía.

Mercedes Sáenz
EN ESAS ALAS

martes, 29 de septiembre de 2009

¿DÓNDE ESTÁS?




¿DÓNDE ESTÁS?

Estoy aquí, invocando a los dioses que aún permanecen debajo de la tierra, imaginando un azul maya, más profundo que los mayas todavía.
Por unos días los poetas de mis amores han quedado en los costados oscuros de mi cama,
un leve movimiento diario, caricia imperceptible de la punta de los dedos… están allí, siempre, dónde nos abandonamos.
Se han detenido mis guerras, los amores no pueden hablarse, Kayyam ha vuelto a su siglo, los latinos hablan otros idiomas, un efímero soplido intenta volarme parada en la curva de un junco más liviana que una libélula.
Es una defensa contra el dolor dice Biön y dibuja mi arquetipo invocando imágenes de la infancia … una conducta de orden
silenciosa que no siempre se advierte.
El sentido de la palabra de Heráclito, verdad, ser, realidad.
En el medio del silencio de un libro que no puedo soltar y del que no entiendo nada, desmenuzado Freud, y con el aliento tibio de Jung desde su contratapa.
Estoy aquí, tan sola cómo un pan de avena olvidado en la mesada, oscureciendo de a poco, precipitándose a toda esa geografía molecular que ni siquiera conozco.
Estoy aquí, prisionera de la avidez de saber, saber… sin entender.
Estoy aquí, dónde danzan los átomos detrás de la negrura de lo que ignoro, estoy aquí, parcela de mí o toda.
Igual desconozco.
Mercedes Sáenz