domingo, 25 de enero de 2009

CARTA ABIERTA AL SILENCIO



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Que silencia el silencio de aquel otro silencio desde
desde el día que al día convertiste en noche (DS)


Existe un idioma universal en el mundo, abarcando generaciones y siglos, cruzando paralelos y meridianos, incluyendo sin distinción a los hombres y a todos los que de una u otra manera estamos en el mundo. Todos sin excepción en invisibles infnitos de la propia existencia individual estamos en silencio.
He leído algunos libros que se ocupan de detallar el silencio voluntario, el premeditado, el silencio obligado a golpes, el que hace guardia junto a una cama cuándo los virus en otro cuerpo también están en silencio.
El de los cobardes, el de las tumbas que contestan en nuestras cabezas los que queremos oír cómo si pudieran hablarnos.
El maravilloso silencio del sueño. El silencio que escuchamos cuándo leemos un libro.
Son tantos los colores del silencio.
El del escondite, el del exilio. El del desamparo. El de la respuesta qué no sabe que decir. El de la gratitud si es montaña.
El de la sentencia cuándo la injusticia no acepta réplica.
Para algunos el silencio largo cuándo Dios no contesta.
Pero el más difícil de describir es el silencio sin explicación de un amigo. El tiempo pasa y cuánto más larga se hace la espera más se olvida el silencio cómplice, el de miradas de un mundo, el cuerpo a tierra mirando los cielos. El silencio se convierte en asesino de los recuerdos.
Uno empieza a ser silencio, ese, que es capaz de decirlo todo, aunque el otro no esté para percibirlo y entonces uno, enmudece.
Y el silencio todo lo habita cómo una luz de un propio universo.
Esta carta termina en silencio amigo mío de alguna vez. Tu silencio empieza a llegar y te hace persona difusa, confundible y callada.
Levanto mi copa sin el menor ruido, en dónde estés, sonríe, gesto que aún puedo imaginar sin que nos sorprenda ningún sonido.

Mercedes Sáenz

7 comentarios:

josé lopez romero dijo...

Sencillamente maravilloso Merci, cuánto de verdad tienes hablando de silencios, cómo hiere uno cuando está ese otro que espera, o estamos nosotros de ese lado aguantando por un cable a tierra, que feo imagino es, ser asesino de los recuerdos..

mj dijo...

Qué razón llevas Mercedes, estoy emocionada con tu hermoso texto. Y el silencio sin explicación es el que más duele, ya venga de quien venga, si es de un amigo aun duele más porque asesina todo lo bueno que un día pudo existir...
Te dejo mi abrazo
mj

Alicia Abatilli dijo...

Nada duele más que el silencio que se puede evitar.
Abrazos, Mercedes.
Alicia

Sonia Cautiva dijo...

Merci, amiga.
Tus palabras, precedidas con D.S. ennoblece más aún esa elegía del silencio.
A veces se leen frases sobre el silencio, así como la indiferencia.
¿Habrán actitudes más ofensivas que un silencio , descripto como lo hacés o la indiferencia cuando te hace sentir un bicho? con todo el respeto que nos merecen ello.
Un abrazo
Sonia

Anónimo dijo...

Mercedes: un tema muy querido por mí. Me fascina el silencio y todo lo que dice en su mudo lenguaje. Felicitaciones, te quiere, Laura Beatriz Chiesa.

Avesdelcielo dijo...

"El silencio se convierte en asesino de los recuerdos ", y desde una frase extraoridinaria del escritor D.S. has elaborado un escrito que hace palpitar, con una elección de foto de lo más sugerente.¡Felicitaicones!

Anónimo dijo...

¡Hola de nuevo Merci !,me gusta leerte pues aunque vivamos en puntos distantes para los pensamientos no hay distancias;curiosamente hace ya tiempo que escribí algo sobre esos silencios tan elocuentes ... y llegueé a esto:

LOS SILENCIOS

¡ Qué se callen las palabras
que no se deben de hablar,
y, que hablen los silencios,
los gestos y lo demás!.

¡Qué se callen los sonidos,
que me pueden enturbiar
los sentidos vespertinos
a la hora de juzgar!.

¡Qué se callen los silencios,
que se callen por favor,
y que hablen las palabras
que me dan menos dolor!.

Un fuerte abrazo de A.Dulac