viernes, 27 de noviembre de 2009

CON GALERA

Agradezco a la escritora y además corresponsal de Artesanías Literarias Elsa Janá Trillo, los cambios y correcciones que me sugirió para este relato.
No quedó cómo debiera, pese a su exclente criterio. El resto de mi persona lo dejó cómo pudo.
Pero es simplemtente un regalo para alguien que cumplía años
Gracias de Nuevo Elsa y feliz cumple al que ya los cumplió. Un fuerte abrazo


Mercedes Sáenz


CON GALERA


Para poder mirar al mundo cómo quiero, tuve que aprender lo que decían las cosas, ahora, ahora mirarlas cómo quiero, es libertad. Mercedes Sáenz

Pasé por su puerta, (es decir no tiene puerta). Sobre el marco más alto de la única ventana que llega en su parte de abajo a unos cuarenta centímetros de la vereda, hay un número arriba que dice 2311. Siempre creí que eso era una planta baja, pero él dice que es el piso ochenta y que desde ahí no se piensa bajar.

Esa ventana parecía sin él tan sola cómo una de esas calles que se vislumbran sin vida antes de llegar a dónde acaban. Cerrada cuándo el no abría, las cortinas sonreían limpias como las de las abuelas de puntillas y no hacían ruidos las maderas ni las bisagras cuando su pedazo de espacio dejaba que el mundo le entrara a visitarlo cómo si fuera de fiesta...
Nunca salía a hacer compras, no compraba el diario, pero siempre estaba enterado de todo. Varias vueltas manzanas di queriendo buscar otra entrada, pero todos los que vivían allí me habían visto nacer, y juraban que esa ventana era un pequeño depósito (que quedó) cerrado para siempre, cómo parte de una casa que se vendió, con el trato de no abrirla nunca... apenas tres metros cuadrados por una historia siniestra que nadie intentó averiguar ni siquiera para tirarlo abajo.


Yo paso todas las mañanas, no golpeo los vidrios, cómo si supiera mi llegada.
Nadie parece verlo nunca ni a mi tampoco cuándo paso por ahí.
La única vez que intenté llegar (muy despacio,) haciendo el mínimo ruido, en puntas de pie, con esos saltitos de sortear pedacitos de agujeros del suelo, la ventana se abrió como si la hubiera movido un soplido de terciopelo.

Le dejo lo que escribí la noche anterior y a la mañana siguiente me hace una devolución de lo que entregué. Varias veces le pregunté su nombre pero misterioso o terco juega conmigo a que su nombre es lo menos importante. Nunca supe porque me parecía tan inteligente.

Esta mañana en cuánto llegué me recibió de boina negra, mientras me devolvía mis escritos con las correcciones atinadas, cambió su boina por un bombín negro y mientras cambiábamos palabras extrañas en su rutina se puso una galera. Extendió la mano con los papeles y vociferó una fea palabra. No sabe delante de mí quedarse perplejo por la cara que le pongo, es un lado oscuro o desconocido que lleva pegado a él, cómo si a nada reaccionara cuándo no quiere hacerlo.


¿Se acuerda la última vez que la vi? ¿En San Juan?- me dijo
- Sí, usted quería darme unos pocos de la luna, pero no del valle de arcilla, quería sacarle un pedazo de piedra a esa masa luz generosamente prestada.
- Le quiero pedir un favor-suavizó en la voz.
Contesté mi claro más amable.
- Quiero tomar el té, uno bueno.
- Traigo todo, no se mueva.
- Todo no- me aclaró- usamos de bandeja el borde de la ventana. Eso si, por favor los bollos los quiero con crema pastelera.
Obedecí feliz paseando mi rareza de caminar entre todos con cosas en las manos como si nadie me viera.

Los dos de pie, con la ventana asomándose en los cuerpos cómo la borda de un barco, nos mirábamos más a los ojos más que al té sobre la mesa de cemento sin patas.
-¿Por qué se puso galera?
- Para poder hacer una reverencia, una sola, y que quepan allí todos los pensamientos que voy a soltarle, es la pala más grande de sombrero que se me ocurrió. Además me queda bien para despedirme.
¿Y por qué?
-No preguntaste por qué el día en que empezaste a verme.
No vio mi cara cuándo me la tapé con todo el pelo. Era la primera vez que me tuteaba. El pelo es buen telón para la vergüenza.
¿Y a dónde te vas ahora?
- A Córdoba, hay una escritora ahí que necesita un poco de ayuda, está dejando el tiempo que no tiene para ayudar a escritores que no pueden hacer llegar sus letras hacia otros lados. Pero ella sabe escribir, vos estás aprendiendo.
- ¿Y ella va a poder verte?
No creo, voy a tener que llegar a través de uno de sus alumnos, que seguro, seguro, ya sabe que estoy llegando.
¿Y yo me voy nomás?
- ¿De dónde? Si nada te impidió jamás estar en todas partes.
- Gracias por el té.
¿Por el té? -Vociferó dejando bien clarito que no había sido lo importante
Perdón, algunos mandatos con los que se viven…
Me di vuelta con lágrimas que seguro las sabía y me fui rápido a tratar de escribir esto, esto que para nadie era cierto.
A la mañana siguiente una bolsa de papel cartón llena de migas esperaba ocupando muy poco espacio que alguien la pasara a buscar.
Y la ventana, verde y descascarada, con los postigos cerrados acunaba un gato placenteramente al sol.

Mercedes Sáenz

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un lindo texto Mercedes, una bella historia imaginaria, una bella historia de tus noches supongo. Una bella historia que por momentos la leo real. Los cambios de textura son maravillosos. Quiero ver los nuevos borradores de ese libro antes de que empeice a caminar solo. Un abrazo. Marin Panese

Sonia Cautiva dijo...

Hermana, como me dijiste en varios comentarios a mis simples cuentos, hermana.
Lo que más me gusta de vos, es la justeza de tus palabras, aunque estén escondiditas en tu poesía. Me llevaste de la boina al bombín y a la galera con tu maestría acostumbrada.
Hermoso.
Un abrazo, el de siempre.
Sonia

Anónimo dijo...

yo también paso todas las mañanas por este texto, merci, historia de fantasía que atrapa con su ternura. Tan vos. mi abrazo. susana zazzetti

Maria Rosa dijo...

"Poder mirar con libertad, las cosas como uno quiere"
Eso solo se aprende con la vida, y tú lo haz conseguido en éste bellísimo cuento donde la fantasía y la realidad, van de la mano.
Me encantó.
Besos
María Rosa.

Disculpa mi ausencia a la lectura de tus escritos, problemas serios de salud, me han tenido un poco alejada.

A.Dulac dijo...

Te deseo que estas Navidades sean motivo de felicidad y alegría en compañía de aquellos que tu quieres.Disfrútalas y se feliz.
Un abrazo de A.Dulac