lunes, 11 de enero de 2010

ES SÓLO UNA NOCHE





ES SÓLO UNA NOCHE


Quise dejar lo triste por atrás, o por delante, ponerlo sólo en los ojos y dejar que baje y se deslice casi con elegancia por la loma que tengo en frente. Estoy mucho mejor dicen, pero creo que a pesar del alboroto de mis actitudes hay una nostalgia o una tristeza muy bien educada, diría, tan educada que pretende no dolerme ni molestarme. Ya no me saca el sueño, se porta bastante bien, pero ocultadamante sé que tiene vida propia.
Es tan simple de decir, estoy sola, no es que me siento sola, el sentimiento de soledad surge cuándo la enfermedad se viste de gala, se agudiza y quiere lucirse y pretende colonizar hasta mi último pensamiento.
Creo que lo que duele es que en realidad estoy sola.
No hay eco en mis palabras.
No puedo a esta edad hablar con un amigo invisible, soy una mujer grande que trata dentro de sus disparates vivir con algo de coherencia.
Detesto la tristeza que no tiene motivos, es hasta casi una falta de respeto para los que de veras tienen motivos inmodificables para sufrir.
Pero por mi Tata Dios (no digo esa frase cómo si él tuviera la culpa, en un modismo nomás), que estoy sola.
No hay amigo ni compañero ni familia que lo entienda.
Quiero pensar que es sólo por esta noche, pero parece que le cuesta irse.
Odio la tragedia, de mi persona hablo, odio tratar mis temas con aire de teleteatro mejicano, no quiero compadecerme ni odiarme.
Pero creo que voy a tener que irme, no a la muerte porque también detesto la muerte provocada.
La vida es un sol. (Es la frase que quiero escribir, hay miles de maneras de definir bellamente la vida, pero esa es la frase que quiero, puedo también explicarte de otras formas porque la elijo, pero no, si alguna vez viste el sol es suficiente. Haberlo sentido es más fuerte todavía)
Estoy sola conmigo y no estoy vacía. Creo que lo que me cuesta entender es que nací sola y detrás de lo que se ve de mi hay algo de autista.
No creo en la Iglesia pero si en mi Tata
¿Podrás dormir conmigo mi querido Dios?
¿Podrás abrazarme?
Lo que hagas en tu invisibilidad, tratá de que lo sienta.
Te ofrezco para que no te aburras un viejo músico que conocí imaginando, uno que toca desde hace siglos para los dioses tuyos hasta el amanecer, ya sus manos se crispan un poco sobre la guitarra y sus acordes son algo azules hasta volverse transparentes, pues debe desaparecer antes de que salga el sol.
No te lo voy a agradecer por escrito.
Vas a leerlo sólo.

Mercedes Sáenz

3 comentarios:

Lunska Nicori:BegoñaGTreviño dijo...

Hoy me sacaste de honda. Venía a encontrarme con alguno de esos relatos tan vivos que haces, construyes con las palabras y luego te las premian... Y me encuentro con el espejo, que a veces, es tan duro de mirar. Yo, si me dejas acompañarte, te abrazo, para que Tata nos abrace a las dos, ese calor, como el del sol no es completamente necesario. Intimistas y vertiginosas palabras, cumplen siempre en tu pluma su cometido: colocarme una sonrisa de gioconda, y zarandear mi alma con suspiros.
El abrazo, más largo que nunca.

Anónimo dijo...

merci, no sé porqué pero creo una a una en tus palabras: no estar sola, sentirse sola y supongo que cada palabra es una célula más que microcópica tuya:la del deseo de. la del no deseo. pero yo deseo ahora unirme al abrazo de lunska, porque algo más de dos suman ¿ no es cierto? susana zazzetti

Anónimo dijo...

TE lo robo sin fractura y lo publico en artesanas. te esperé y esperé en la esquina de mi casa, no llegaste, y me dije: si Merci no va a la montaña vieja, la montaña vieja va a Merci, la busca la atrapa y el roba el cuento. Besos y abrazos por tu labor (le pedí a tatadios que te dé dos horas más por día). Hasta la vista, piba India, andrés