ELLA NO DICE
que en alguna parte
su cuerpo era
aire tibio
una fruta que rodaba
hasta los pies
sin que nadie la buscara
y podía ser blanda
hasta el carozo
no hacerse piedra.
No le digas
que eligió decir palabras
ya no es libre
ya no es aire
ni manzana.
Mercedes Sáenz
2 comentarios:
delicadísimo poema, con tu sensibilidad sobre la piel. un abracito. susana zazzetti.
qué bueno poder leerte y saberte con la sensibilidad a folor de piel, un abrazo desde Santa Fe Capital
Laura Elena BERMÚDEZ
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