Sin ruido, por favor
Una vez fui niña mirando la oscuridad de un hueco
Me hice de crines claras para volar al sol y que los
hilos de oro fueran el único sonido.
Sólo puedo oir susurros y que el mundo se quede
quieto.
El aleteo de las mariposas lastima mis oidos
Mi túnica cae sin mover los pies.
Miraba el mar y lo guardaba en el pecho.
Mercedes Sáenz
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