lunes, 17 de mayo de 2010

HUMO




HUMO





La prohibición de fumar festejaba instalada en casi todo lugar cerrado de Buenos Aires, no aquí, dónde el humo era el aliento de todas las bocas, era el silencio sin movimiento, la espesa caricia de todas las manos en las caras, la última palabra, callada y muerta, la que no discute, un espacio en el aire capaz de contener todos los mensajes sin dueños.
Yo los miraba detrás del mostrador, oculta por una máquina de cerveza tirada que tenía casi mi misma anatomía. Más de una vez no se daban cuenta de mi presencia, ni de mi escote más subido, ni de mi boca pintada, ni del amor al que alguna vez jugué con casi todos ellos, eso sí, de a unito.

Los veía medio girado el cuerpo y el codo sobre la madera, arrugada ya la camisa sucia con olores rancios, la boca seca y algunos músculos que solitos ya sabían donde descansarse.
Frascos de colores vagos en la curva del mostrador y una vela corta en un plato de barro. Ya no hay botellas después de las últimas embestidas, emboscadas.
Ya no se buscaba el estaño después de algunos golpes en la nuca de quiénes no volvieron a levantarse
No se daban vuelta, los triángulos de espejos detrás de la barra partían sus caras en callecitas poco iluminadas, partidas así cómo pequeñas cicatrices.

- ¿La dejaste?
Los párpados bajos apretaron la mirada contra el suelo sabiendo que el piso a veces se nubla, a veces se mueve y es bueno pensar que no son los ojos los ariscos.
- Tengo que sacar un papel antes de contarte, traté de anotarlo.
Metió la mano en el bolsillo y escuchó la candorosa amabilidad de las monedas, su salvoconducto en las tardes de rabiosas borracheras. Llevaba el cambio justo y en un confuso desorden de palabras le extendían un boleto hasta dónde alcanzara. Podía dormirse tranquilo sabiendo que lo despertarían cerca de su barrio.
- La dejé –continuó-, empezó a hablarme raro, cada vez que quería estar un rato con ella me salía con cosas como- levantó el papel a la luz de la vela y leyó: estudiarse para adentro, ver el interior de cada uno, tratar de hacer un proyecto para cambiar mi vida aunque no fuera con ella. Parecía la secretaría general de un sindicato que integraba yo solo. No es que no le entendía, las iglesias ésas que pasan por televisión a las mil de la madrugada de brasileros que no se les entiende ni una jota, dicen lo mismo.
- ¿Y todo eso para qué?
- Dice que es para ser mejor, que lo único que conoce de nosotros es la forma de tomar hasta que nos sacan arrastrados de los brazos hasta el callejón. Que nunca vamos a ser nadie.
- ¿Por qué me hablas en plural si se supone que se trata de vos solo?
- ¡No me vas a dejar solo en esta podrida! Si me dejas vas a tener que buscar palabras en el diccionario para entenderme.
¿Qué les pasa a todas que hasta mi señora habla de plantar zapallos en un balde?

Hablaban de lo que decía mi boca, la mía, la de tantos besos sobre sus heridas, la de tantos murmullos en diminutivos para que pudieran entender los oídos que seguramente sangraban alcohol por dentro, mi boca, la mía, empezó a torcerse hacia un costado en dónde mi lengua moja mis labios antes de vociferar sin detenerse. Y no hablaron de mis brazos, no hablaron, ni de mi pecho, ni de mi cama. Y entonces, nada dijo mi boca.
En mi memoria el silencio se desbocó desesperadamente en olvido.
Tiré el libro que me enseñaba esas cosas en el mismo callejón de barro cerca del Riachuelo, muy pegado a la basura, dónde los hombres que no levanto quedan por mucho rato.
Cualquiera desde la calle de la otra orilla, mirando salir el sol sobre el río menos oscuro, pueda ver tal vez como la luz de una vela me deforma la cara, hasta divinizar esta expresión un poco bestial, la de advertir este cementerio lento, esta tristeza dónde un cielo de humo baja pegajoso como un ojo feroz en la noche hasta rozar mis polleras otra vez mañana y otra vez después de mañana.

Mercedes Sáenz

sábado, 15 de mayo de 2010

¡FELICITACIONES LAURA ELIZALDE!

FONDO NACIONAL DE LAS ARTES


GANADORES DEL REGIMEN DE FOMENTO A LA PRODUCCION LITERARIA NACIONAL Y ESTIMULO A LA INDUSTRIA EDITORIAL AÑO 2009

GENERO NOVELA
1º Premio:

Título: “De nada. Pericles de Atenas”

Seud: Snorri Nº88

Autor: LAURA ELIZALDE, de CABA

Importe:$10.000.-

el jurado fue:


Jurados: Carlos Chernov, Guillermo Martínez y Jorge Accame.


FELICITACIONES DE NUEVO LAURA ELIZALDE.
UN ABRAZO TRIPLE.
MERCI

ALGO DE LAURA


Muestras de trabajo

El Profanador Novela, narrativa histórica No puedo pensar como un hombre, tiendo a pensar como un Dios, como ese Dios a quien no conozco..." En un texto cargado
El Profanador
Grijalbo

narrativa historica

Novel Narrativ a histórica Ptolomeo II, hijo de un general de Alejandro Magno, coronado rey de Egipto hacia el 280 AC, es el que habla. Conoceremos la intimidad de sus pensam
Novel Narrativ a histórica
Grijalbo

narrativa historica
Un día fue nadie
Cuento corto


Un actor va a una prueba por un papel en una obra de teatro, en el trayecto le sucederan algunas cosas y finalmente alcanzará su personaje.




Cuento corto
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Especialidades Narrativa

Poesía

Relato breve

Teatro

Libros electrónicos no he editado libros electronicos
Audiolibros no he editado audiolibros
EditorialesLlevo dos libros publicados con Ed Grijalbo Random HOuse Mondadori

Títulos publicadosEl Depredador . Ptolomeo II de Egipto.

El Profanador. Herodes El Grande

Otros serviciosAsesoramiento en la lectura de borradores, corrección de textos.

ReseñasComentario en el diario La Nación suplemento de Cultura (papel y online)

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=446222



Ptolomeo II Filadelfo, Señor de Alejandría, hijo de un general de Alejandro Magno y educado por preceptores griegos, reina en Egipto hacia fines del siglo III a. C. Guerrero cruel y al mismo tiempo protector de las letras y las artes, es un hombre extremadamente bello que vive enamorado de su esposa y de su hermana -con las que da forma a un raro triángulo erótico-, tanto como de las palabras y las bellas estatuas. Respetuoso adorador de los dioses, atraído por las cosmogonías orientales es, a la vez, un filósofo capaz de sentir la emoción estética del pensamiento; un ser sensual y refinado que prefiere el pensar al saber porque el que sabe está condenado a la soledad, lo que no logra eximirlo de la angustia de enfrentarse a la idea de la degradación del cuerpo, la enfermedad y, finalmente, la nada.

Ya desde el primer capítulo el relato atrapa. En él el protagonista, que vive un episodio amoroso con una esclava ciega, asiste a un banquete iniciático con su padre. Producida la muerte de éste (es conmovedora la descripción del hijo llevando el cadáver embalsamado de su progenitor por las aguas del Nilo), Ptolomeo libra un combate victorioso contra los asirios.

La historia abunda en momentos de insoslayable interés y belleza literaria, como los diálogos de Ptolomeo con el poeta Calímaco y los que mantiene con el geómetra Euclides, que le ayuda a ganar una desigual batalla naval mediante el cálculo científico; la descripción de la mítica Biblioteca de Alejandría y la del cuerpo desnudo de su hermana Arsinoe II, así como su amor por la antigua Grecia: "La Grecia de Atenas, la Grecia que quería ser y no tener. La Grecia que no acumulaba ni países ni conocimientos, la Grecia que prefería las preguntas a las respuestas, porque en las preguntas hay belleza. El que pregunta es un buscador de asombros, el que responde es un abastecedor de certezas, y la certeza tal vez sea la asesina del pensamiento".

Todo el texto tiene el mismo tono elevado, un estilo majestuoso, de inusual calidad estética, enjoyado de imágenes y paradojas que descubren la secreta relación o identidad entre conceptos aparentemente contradictorios. Esta novela del poder y la guerra, del erotismo y la fascinación del pensamiento, enmarcada en la sugestiva evocación del antiguo Egipto, constituye un hito extraño y valioso en la amplia y despareja producción del conocido escritor y, a la vez, un comienzo auspicioso para la joven Laura Elizalde.

Antonio Requeni

lunes, 10 de mayo de 2010

APENAS UNA IDEA



APENAS UNA IDEA

demorarte duele,
pensarte allí, después de volver la hora,
la misma de ayer, quieta y ambigua.

otra vez el cuándo
mi tierra tiembla
y después esa meseta,
ese campo raso en dónde los pies inmóviles
quedan solos arriba del pasto
sin mi.


me hace bien pensarte
aunque no sepa qué hacer con vos.
ignorar siempre antes que todo
pero me hace estar viva
saberte.


juega la luz y te hacés mármol
piedra y barro,
hilitos

y no aprendí a conjugarte.

Mercedes Sáenz

jueves, 29 de abril de 2010

POEMA DE MIRARTE


Poema De Mirarte

El vino busca en la boca inclinada
un beso de vidrio
color ébano.
no recuerda el verso
confunde las lunas
los pies no alcanzan la rueca.
la ira no es ya
tormenta brutal
queriendo verse cómo el hombre
que –yo- sigo viendo.
un estilete cortés marcó los
hilos en el tapiz de su cara
dibujó su tierra en dónde palidecen
sus dioses oscuros en una blancura
desmedida.
Será su último día.
No existirá mañana.
Y yo lo miro…
tiemblo, también en mi copa
-creo que quiso mirar allí sus propios latidos-


me pidió que no lo toque
hasta que la muerte lo toque primero.

Mercedes Sáenz

lunes, 12 de abril de 2010

MIEDO






MIEDO




Frente al puente colgante, un niño arrodillado pidiendo con su rezo.
Las sogas empezaron a correrle por los ojos, tocan el hombro, mueven su cabeza. Las piernas, pie de álamos desnudos contra la tierra por dónde una vez, tan altivos, anduvieron los caballos pisando en dónde ahora, no se levanta alguien hincado.
El puente arriba del río hondo, turbulento silencioso abajo.
Cerrar los ojos por no fiar. Tocar con el dedo la boca que se abría de frío para repetir la memoria que tenía en otro lado de una cruz.
Las canastas que lleva tejidas con carrizos, como gaviones contra el agua, no atajan avergonzarse de ser miedo niño. Los pantalones pasan el muslo y esa forma de camisa que tapa su pecho flaco lleno de moretones. Un silbido se arremolina perverso para rodar un poco por encima de su sombrero y no hacer ruido al pisar las hojas. Ese viento destemplado le acaricia la cabeza.
Aflojó la bolsa de grasa que tenía en la cintura y sus dedos la esparcieron con suavidad en la base de las canastas que tocaban el suelo. Las ató muy fuerte con una misma soga, dejándolas en fila india, no por miedo al viento.
Después de que el niño se aferrara con las dos manos y recorriera sentado todo el puente hasta llegar al otro lado, quedó diosita sola sin la menor importancia.
Tuvo un poco menos del miedo del que la humanidad dispone desde toda la eternidad.


Mercedes Sáenz

jueves, 1 de abril de 2010

NIÑA SOLA Y MUELLE






NIÑA SOLA Y MUELLE

Son oblicuas las sombras esta tarde,
(ya es calle sola sobre el río)
silencio desnudo en los senderos
y la niña de ahí, la niña sola.
Sentadita en la escalera
juega
con sus pies pintados de tierra
y toda el agua
y canta
o reza
o murmura
o repite del árbol
la noche de una luna oscura.
Trenzas de niña que si no las soñó las tuvo
dibujadas torpemente por mi antes,
antes de que empujara descalza su inmenso carro de cartones.
Es suyo ese muelle ahora
mientras la espero,
todavía la espero.

Mercedes Sáenz

sábado, 20 de marzo de 2010

LOS MUDOS DE OTROS





LOS MUDOS DE OTROS






En marzo soy todo el mes,
un enorme oso flaco en un agujero


en marzo
canto a escondidas un llanto absurdo,
hablo con dioses que no conozco
(encierro palomas en pinturas cubistas)
los ojos, blandos a mi, abandonan las formas de la memoria.
en los párpados fierros como si nada viera.
impotencia es la cárcel más pequeña
todo vuelve en la negrura de los sueños y el dolor siempre.
las manos se secan, ya no se tiembla.
marzo, minúscula me dijeron,
(siempre con minúscula)
las fechas así se escriben y porque
quiero aprender obedezco

Tal vez es lo único que escriba
(porque ni hablar puedo
del dolor siempre).


Mercedes Sáenz