¿DÓNDE ESTÁS?
Estoy aquí, invocando a los dioses que aún permanecen debajo de la tierra, imaginando un azul maya, más profundo que los mayas todavía.
Por unos días los poetas de mis amores han quedado en los costados oscuros de mi cama,
un leve movimiento diario, caricia imperceptible de la punta de los dedos… están allí, siempre, dónde nos abandonamos.
Se han detenido mis guerras, los amores no pueden hablarse, Kayyam ha vuelto a su siglo, los latinos hablan otros idiomas, un efímero soplido intenta volarme parada en la curva de un junco más liviana que una libélula.
Es una defensa contra el dolor dice Biön y dibuja mi arquetipo invocando imágenes de la infancia … una conducta de orden
silenciosa que no siempre se advierte.
El sentido de la palabra de Heráclito, verdad, ser, realidad.
En el medio del silencio de un libro que no puedo soltar y del que no entiendo nada, desmenuzado Freud, y con el aliento tibio de Jung desde su contratapa.
Estoy aquí, tan sola cómo un pan de avena olvidado en la mesada, oscureciendo de a poco, precipitándose a toda esa geografía molecular que ni siquiera conozco.
Estoy aquí, prisionera de la avidez de saber, saber… sin entender.
Estoy aquí, dónde danzan los átomos detrás de la negrura de lo que ignoro, estoy aquí, parcela de mí o toda.
Igual desconozco.
Estoy aquí, invocando a los dioses que aún permanecen debajo de la tierra, imaginando un azul maya, más profundo que los mayas todavía.
Por unos días los poetas de mis amores han quedado en los costados oscuros de mi cama,
un leve movimiento diario, caricia imperceptible de la punta de los dedos… están allí, siempre, dónde nos abandonamos.
Se han detenido mis guerras, los amores no pueden hablarse, Kayyam ha vuelto a su siglo, los latinos hablan otros idiomas, un efímero soplido intenta volarme parada en la curva de un junco más liviana que una libélula.
Es una defensa contra el dolor dice Biön y dibuja mi arquetipo invocando imágenes de la infancia … una conducta de orden
silenciosa que no siempre se advierte.
El sentido de la palabra de Heráclito, verdad, ser, realidad.
En el medio del silencio de un libro que no puedo soltar y del que no entiendo nada, desmenuzado Freud, y con el aliento tibio de Jung desde su contratapa.
Estoy aquí, tan sola cómo un pan de avena olvidado en la mesada, oscureciendo de a poco, precipitándose a toda esa geografía molecular que ni siquiera conozco.
Estoy aquí, prisionera de la avidez de saber, saber… sin entender.
Estoy aquí, dónde danzan los átomos detrás de la negrura de lo que ignoro, estoy aquí, parcela de mí o toda.
Igual desconozco.
Mercedes Sáenz
3 comentarios:
Noto muchos sentimientos distintos en este texto, como siempre me gusta; pero me deja algo extraño.
El fin de semana paso a la mañana por la pizzeria (:
te queiro Merci
beso
lu
Esa sensación de ser parte y todo, individual y colectivo, como decía Wilfred Bion. Somos únicos y legado de los demás.
No te olvidaste, tampoco Merci , en ése interrogante existencial de nuestros hermanos de origen , de los escritores de la India, de los latinos, de Heráclito.
Pregunta inicial con un recorrido que alumbra en la oscuridad del ser y el existir.
¡Genial, Merci!
MARITA RAGOZ
¿ y si no estuvieras tan sola? ¿ y si estuvieras rodeado del cariño de tantos que anonimamente te quieren? muy bello texto, una gran parte tuya en él. todo mi cariño. susana zazzetti.
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