TRATO SOSTENIDO
Estuvieron hasta la noche afirmando todos ser tierra… y navegaron hacia el Sudeste hasta conocer que lo que decían tierra no lo era SINO CIELO.
Del diario de Cristóbal Colón
Es una de esas madrugadas en que ella no viene a escribir conmigo. Estoy mucho más tranquila.
Me encanta escribir sola. (Ella tiene esa cara de lavandina o de objeto limpio sin imperfecciones que tanto me molesta.)
- ¿Corregiste lo de ayer?
- No
- ¿Y para qué me llamaste?
- Yo no te llamo, como un fantasma de mi vos venís sin anunciarte, tu único aviso es el timbre que oigo en mi cabeza y te abro la puerta y entras como si hubieras dormido aquí.
- Dame lo de ayer, la parte en la que estabas en Retiro sentada en la escalera.
- Esa no la quiero corregir hoy, estoy escribiendo otra cosa.
- ¿Qué estás escribiendo?
- Sobre la muerte de un amigo, amiga, qué se yo, sobre alguien que se quiso mucho o te quiso mucho. Que fácil te es confundirme.
Ya no me contestó y se puso a trabajar.
Todo de nuevo.
Afuera el sol hacía luz en una mañana perezosa, sin apuro. Delineando las formas con absoluta claridad ostentando que con eso bastaba. Dirigió los ojos hacia el suelo y vio nítida la sombra de una de las puntas del techo. Y la vio pasar en pleno día -peligroso verlas de día- con la elegancia de un gato. Pasos cortitos, la cabeza contra las tejas en el perfil que a pesar de ser sabido no se distinguía. No le vio la largura de su cola, el vuelo de una paloma alborotada se llevó sus ojos hacia lo más alto de un árbol.
Voy a repasar - dijo- eso de un gato sobre un tejado de cinc caliente. No es lo mismo una rata sobre las tejas, vista desde su sombra..
Hay una orilla del mar dónde ella tira las palabras y yo espero. Sé que vuelven otra vez las que más amé.
Yo no quiero este trato. Ella corrige y yo escribo. Por eso no la quiero ni lo quiero.
Mercedes Sáenz
Vuelan suaves, desde el fondo silban una transparencia leve. Imagen de Marcela Baubeau de Secondigne
viernes, 13 de mayo de 2011
jueves, 12 de mayo de 2011
ELLA NO DICE
ELLA NO DICE
que en alguna parte
su cuerpo era
aire tibio
una fruta que rodaba
hasta los pies
sin que nadie la buscara
y podía ser blanda
hasta el carozo
no hacerse piedra.
No le digas
que eligió decir palabras
ya no es libre
ya no es aire
ni manzana.
Mercedes Sáenz
que en alguna parte
su cuerpo era
aire tibio
una fruta que rodaba
hasta los pies
sin que nadie la buscara
y podía ser blanda
hasta el carozo
no hacerse piedra.
No le digas
que eligió decir palabras
ya no es libre
ya no es aire
ni manzana.
Mercedes Sáenz
martes, 19 de abril de 2011
22 de abril DÍA INTERNACIONAL DE LA MADRE TIERRA
Le canto desde América a tanto rincón que duele
América es
un cóndor de alas desplegadas,
(yo soy manzana)
haber nacido aquí
es sólo un humano simulacro
por desobedecer
una vez al cielo.
alguien me puso aquí
al descuido de Dios,
en América pura y
no puedo caminar
descalza al menos
sobre otra tierra.
no entiendo amar de otra manera
cuándo un cóndor puede
suavemente,
pararse sobre una manzana.
tierra te pronuncio
y me envuelve esa
complicidad que nos tenía.
Mercedes Sáenz
viernes, 15 de abril de 2011
MIEDO
MIEDO
Frente al puente colgante, un niño arrodillado pidiendo con su rezo.
Las sogas empezaron a correrle por los ojos, tocan el hombro, mueven su cabeza. Las piernas, pie de álamos desnudos contra la tierra por dónde una vez, tan altivos, anduvieron los caballos pisando en dónde ahora, no se levanta alguien hincado.
El puente arriba del río hondo, turbulento silencioso abajo.
Cerrar los ojos por no fiar. Tocar con el dedo la boca que se abría de frío para repetir la memoria que tenía en otro lado de una cruz.
Las canastas que lleva tejidas con carrizos, como gaviones contra el agua, no atajan avergonzarse de ser miedo niño. Los pantalones pasan el muslo y esa forma de camisa que tapa su pecho flaco lleno de moretones. Un silbido se arremolina perverso para rodar un poco por encima de su sombrero y no hacer ruido al pisar las hojas. Ese viento destemplado le acaricia la cabeza.
Aflojó la bolsa de grasa que tenía en la cintura y sus dedos la esparcieron con suavidad en la base de las canastas que tocaban el suelo. Las ató muy fuerte con una misma soga, dejándolas en fila india, no por miedo al viento.
Después de que el niño se aferrara con las dos manos y recorriera sentado todo el trayecto hasta llegar al otro lado, el puente quedó solo, sin la menor importancia.
Tuvo un poco menos del miedo del que la humanidad dispone desde toda la eternidad.
Mercedes Sáenz
Frente al puente colgante, un niño arrodillado pidiendo con su rezo.
Las sogas empezaron a correrle por los ojos, tocan el hombro, mueven su cabeza. Las piernas, pie de álamos desnudos contra la tierra por dónde una vez, tan altivos, anduvieron los caballos pisando en dónde ahora, no se levanta alguien hincado.
El puente arriba del río hondo, turbulento silencioso abajo.
Cerrar los ojos por no fiar. Tocar con el dedo la boca que se abría de frío para repetir la memoria que tenía en otro lado de una cruz.
Las canastas que lleva tejidas con carrizos, como gaviones contra el agua, no atajan avergonzarse de ser miedo niño. Los pantalones pasan el muslo y esa forma de camisa que tapa su pecho flaco lleno de moretones. Un silbido se arremolina perverso para rodar un poco por encima de su sombrero y no hacer ruido al pisar las hojas. Ese viento destemplado le acaricia la cabeza.
Aflojó la bolsa de grasa que tenía en la cintura y sus dedos la esparcieron con suavidad en la base de las canastas que tocaban el suelo. Las ató muy fuerte con una misma soga, dejándolas en fila india, no por miedo al viento.
Después de que el niño se aferrara con las dos manos y recorriera sentado todo el trayecto hasta llegar al otro lado, el puente quedó solo, sin la menor importancia.
Tuvo un poco menos del miedo del que la humanidad dispone desde toda la eternidad.
Mercedes Sáenz
miércoles, 16 de marzo de 2011
COMPARTIR
Estoy varias horas todos los días en este lugar.
Puedo escribir un poco pero mucho más es lo que puedo leer. A los que leo no necesito corregirlos ni darle palos como a mis escritos tibios. Los disfruto, los aprendo, los comparto.
Gracias quiero decirles por todos los mails afectuosos que me siguen llegando.
Hasta muy pronto y un abrazo más que redondo y gigante
Mercedes
miércoles, 2 de marzo de 2011
A PEDIDO DE AMELIA ARELLANO
Tomado del blog de Dario Falconi
www.dariofalconi.blogspot.com
a quién agradezco nuevamente.
Árbol equivocado
Mercedes Sáenz
me oculto
de un hambre harapiento de palabras,
la derrota que no entiendo
de no sé qué guerras.
invisible, invisible
el árbol de Diana me hace sombra
(tanta transparencia).
me alejo de mi propio sudario
(un hueco oscuro de pasillos)
no hay sombras,
no hay palabras.
era un almendro, creo,
uno que me miraba carey y en un solo tal vez
algo sombrío.
(en el árbol no hay hipocresía).
*- * - * - * - * - *
Sin sed
Mercedes Sáenz
un soplido leve
dibuja el oído
en el segundo largo de la noche.
parece
sólo parece
que algo se oyera
y no hay nombre
que rompa
como en el cine
el falso vidrio
de azúcar.
estabas casi siempre ahí
invisible
sin adjetivos
desnudo
y sin piel
asomado a mí
con una pipa
jugando
sobre tu boca.
ahora
no hay sed
ni voracidad
en tu nombre.
te volviste tiempo.
*- * - * - * - * - *
www.dariofalconi.blogspot.com
a quién agradezco nuevamente.
Árbol equivocado
Mercedes Sáenz
me oculto
de un hambre harapiento de palabras,
la derrota que no entiendo
de no sé qué guerras.
invisible, invisible
el árbol de Diana me hace sombra
(tanta transparencia).
me alejo de mi propio sudario
(un hueco oscuro de pasillos)
no hay sombras,
no hay palabras.
era un almendro, creo,
uno que me miraba carey y en un solo tal vez
algo sombrío.
(en el árbol no hay hipocresía).
*- * - * - * - * - *
Sin sed
Mercedes Sáenz
un soplido leve
dibuja el oído
en el segundo largo de la noche.
parece
sólo parece
que algo se oyera
y no hay nombre
que rompa
como en el cine
el falso vidrio
de azúcar.
estabas casi siempre ahí
invisible
sin adjetivos
desnudo
y sin piel
asomado a mí
con una pipa
jugando
sobre tu boca.
ahora
no hay sed
ni voracidad
en tu nombre.
te volviste tiempo.
*- * - * - * - * - *
domingo, 20 de febrero de 2011
¡MUCHAS GRACIAS!
Por los poemas publicados en ese prestigioso diario
www.eldiariocba.com.ar › Portada › El Diario Cultura
Un fuerte abrazo
Mercedes Sáenz
www.eldiariocba.com.ar › Portada › El Diario Cultura
Un fuerte abrazo
Mercedes Sáenz
Suscribirse a:
Entradas (Atom)