
CUÁNDO
Ya no vas a decir nada, cuándo se siente dónde respiran los otros y mis latidos no se escuchan ni cómo campanarios lejanos. Cuándo ahora si, después de saltar el dolor por todos los pedazos de mi cuerpo me cubris cómo una inmensa manta de lava y hielo y ya nada lastima. Cuándo te recuerdo tan cerca cómo el aliento pegado al frío.
Cuando me es feliz agradecerte porque te has ido tan despacio y con eso has evitado que te despida. Cuándo sólo tengo el impulso y las ganas de guardar los buenos momentos.
Tu luz es verde ahora. Mis ojos ya pueden ver más allá de los otros ojos y de las palabras,
cuando un séquito de susurros se agolpen en tu oído queriendo escuchar lo que todos queremos, azúcar en verso, cálido abrazo, miradas huérfanas que sólo buscan tu destino.
Cada noche me acordaré de vos, sin apuro, sin necesitarte, con gestos levísimos, transparentes.
Cada noche me acordaré de no olvidarte, después de todo ni siquiera sabés cuándo te he querido. Pero mi alma sí y ese estreno no quiere perderlo. Es lo que me va a hace amar a todo lo que quiera en calma. Ahora festejo la noche, sola y feliz, aún cuándo te quiera con todo el alma.
Mercedes Sáenz
Ya no vas a decir nada, cuándo se siente dónde respiran los otros y mis latidos no se escuchan ni cómo campanarios lejanos. Cuándo ahora si, después de saltar el dolor por todos los pedazos de mi cuerpo me cubris cómo una inmensa manta de lava y hielo y ya nada lastima. Cuándo te recuerdo tan cerca cómo el aliento pegado al frío.
Cuando me es feliz agradecerte porque te has ido tan despacio y con eso has evitado que te despida. Cuándo sólo tengo el impulso y las ganas de guardar los buenos momentos.
Tu luz es verde ahora. Mis ojos ya pueden ver más allá de los otros ojos y de las palabras,
cuando un séquito de susurros se agolpen en tu oído queriendo escuchar lo que todos queremos, azúcar en verso, cálido abrazo, miradas huérfanas que sólo buscan tu destino.
Cada noche me acordaré de vos, sin apuro, sin necesitarte, con gestos levísimos, transparentes.
Cada noche me acordaré de no olvidarte, después de todo ni siquiera sabés cuándo te he querido. Pero mi alma sí y ese estreno no quiere perderlo. Es lo que me va a hace amar a todo lo que quiera en calma. Ahora festejo la noche, sola y feliz, aún cuándo te quiera con todo el alma.
Mercedes Sáenz