OCHENTA CÓMO NINGUNA
Que quede tu valentía en un costado, tu cuerpo antes que el de cualquiera para parar un golpe, tu paciencia de noche, tu buen modo auque muchas veces no supieras que decir, este no es un escrito de honores mamá, ni de tus heroísmos, ni de tus insomnios, menos de tus largos llantos en silencio. Ni de tus vigilias, ni de tus enormes esfuerzos por hacer de la vida de cada uno de nosotros lo mejor que pudiste. Nada de eso madre. Este escrito, no puedo ni siquiera decirle poema acostado, es… sobre tus disparates.
Cumplis ochenta mamita y sumamos tantos años entre todos tus hijos que cuándo empecé a pensar la cantidad de virtudes que tenías para cada uno de nosotros no me alcanzaban las hojas. Y empecé a acordarme de otras…
¿Quién hace las señas de truco al revés? En el medio de un partido chivo, claro.
¿Quién tiñe con té los flecos de su vestido de madrina tomando sol en una terraza tres horas antes del primer casamiento de una tus hijas mujeres?
¿Te dieron ya premio al mérito por ser la mujer que con mayor habilidad se ha colgado del colectivo sesenta en horario pico? Es un segundo decías, no cuesta nada, creo que en el fondo hacías gimnasia gratuita y paseando.
¿Quién camina por la vereda del sol en pleno verano con cuarenta y dos grados cantando una parte de la Traviata?
Otro hubiera sido el final del cuento de Cenicienta si hubieras andando por esos pagos mi viejita querida, porque tu pie tomaba el número del zapato que hacía falta ese día, sobre todo si era prestado.
¿Quién a fuerza de decir “yo llevo pecetos con ensalada de papa y huevo duro” a cualquier evento multitudinario y familiar aprendió cómo nadie a que fueran los más ricos del mundo? Le corro a Leguizamo, a Fangio y al que esté de turno en Ferrari., Bueno al Gato Dumas, a Peter o a Aguiñano.
¿Quién a los setenta y cinco dijo “tengo ganas de ponerme un top”? Aunque físicamente parecías de ocho mil menos.
¿Quién ,mamita , firmaba en una revista de humor famosa sus escritos como mima mamemima?
¿Quién hacía las tortas más torcidas del mundo y disfrazaba lo que parecían plegamientos terrestres con mil kilos de chocolate?
¿Quién le tiraba por debajo de la puerta cuentos escritos de su puño y letra absolutamente salidos de tu imaginación a sus hermanos haciéndoles creer que eran la suscripción de algún diario?
¿Quién contaba las porciones de algo rico antes de servirla y si faltaba una, decretabas que ese día, ese producto justo a esa hora te daba alergia?
¿Quién dice mil veces “yo voy, no me cuesta nada, quién dice mil veces, elijan lo que quieran porque me da lo mismo?
¿Quién puede querer tanto de esa manera?
¿Quién después de haberse viajado el mundo y haberse leído la mitad del otro sigue prefiriedo su primer libro de la adolescencia?
No habrá ninguna igual, no habrá ninguna, todas murieron; si alguna lo hubiera necesitado también le hubieras prestado toda tu piel y toda tu voz.
La vida es un disparate madre, pero que placer que existas cumpliendo ochenta!!!
Merci