
Buscaba un lugar dónde colgar la pregunta, tal vez en esos oscuros de carnicería dónde los ganchos parecen cómo signos de interrogación, tan inocentes, tan duros, tan poco flexibles. ¿Por qué se escribe preguntaste? El mundo dejó de ser viejo cuándo la sociedad cambió esa pregunta al para qué. Cómo tantas idiomas existan, cómo tantos corazones, cómo tantas rebeldías, el por qué va ser siempre un adn propio e intransferible, imposible arrimarse a su verdadera razón.
Maravillosa escritura que permite bucear y entender, conocer un poco del alma nuestra, de los otros, de los inventados, de dejarlos en papel o en cd. Y tal vez alguna historia fantástica se convertirá en cierta. Creo que considero sagrado ese misterio porque en cuánto se sepa porque exactamente, pasa a ser la voz de la piedra, del papiro y de la historia. Esos por qué los agradezco en inmensidades pero tanto me hubiera gustado estar cerca del que lo escribía, ver si era por mandato, poniendo tal vez su mejor poesía o simplemente su mayor claridad. Con los siglos que vinieron, la modernidad, la facilidad de poder cambiar lo escrito, llevarlo a millones de ojos y a millones de dinero, escribir es sólo una manera de hablar, estática en un papel o en tecnología, descartable y modificable. El escrito puede habitar siglos pero quién lo hace permanente y eterno es el que escucha. El lector es quién se apodera de él, es su único dueño, su amante y su tirano.
Una forma eterna de escribir tal vez sean los mitos que cruzando los siglos todo el mundo pone algo de su autoría. Quién escribe un mito lo encierra, tal vez cómo una forma de guardarlo y de que no se pierda, pero entonces será repetido sin la música mejor que es la voz del hombre.
¿Por qué se lee preguntaste? Porque es la voz escrita. Avidez insaciable del alma humana, generalmente. Aunque el adios que te dije nunca preferí dejarlo por escrito.
Mercedes Sáenz