viernes, 1 de agosto de 2008

HUÉSPED QUE NO AVISA


HUÉSPED QUE NO AVISA





Amanecerás de nuevo,
sin ninguna palabra.
transparente
cómo una lámina de aire que puede doblarse.
cómo un absurdo inútil sin forma.
Impiadosa hacia mí
me miras
con un versículo en un ojo
que mi fe desconoce.
y te miro, tristeza,
cómo un mojado cartón,
una montaña invisible
que no modifica
ninguna escena.
Es un ruego tal vez
que des vuelta la silla,
ya soy testigo de mí
inventando nombre a la fisuras.
Él me ha perdido
pero en cada quebradura
él sigue ahí,
dónde los huesos queman
porque ha mordido el dolor
todo lo blando
sin detenerse, sin distinguir.
Si no te vas, no me mires al menos,
la silla esa es mía.

Mercedes Sáenz


9 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias por esta dosis de humanidad. por ser una poeta.lauris.

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Dulce amargura, llena de sensibilidad, sin crueles recriminaciones, solo una silla es el mudo testigo de tu hermoso verso...azpeitia

josé lopez romero dijo...

Me gusta desentrañar el escondite de tu sentimiento, ese que asoma y me cuesta ver pero está, hasta que logro ponerme a su lado y dejo me invada sin condiciones con lo que traiga, en su especie de niebla dorada. Grande Mercedes.

Unknown dijo...

Silla perenne que queda en el camino de las vidas que viven con intensidad. Buen poema que atrapa, Mercedes.

Gracias siempre por visitarme

http://vienenpajaritasdepapel.blogspot,com

Anónimo dijo...

Gracias por estar querida amiga. Hoy llego hasta éste huésped que no avisa y me quedo en reflexiones que me adentran en tu poesía.

Un gran abrazo

Anónimo dijo...

Tu poema parece arcilla, sustancia moldeable, dura , blanda.
Con tu fuerza y peleando tu lugar puedes batirte a duelo con la tristeza, saldrás ganadora.
Un abrazo amelia

Anónimo dijo...

"Huésped..." Ése. El mismo, habita mis sillones unas veces. ¡Qué bueno aprender a ordenarle que son míos, como tu silla.
Alicia S. Gómez.
asusanago@hotmail.com

Avesdelcielo dijo...

Ovbjetivación poética de la tristeza. Magnífico, Merci.
MARITA RAGOZZA

FRANCISCO PINZÓN BEDOYA dijo...

¡Cuánta melancolía!
¡Cuánta belleza!

Me gustó mucho, tal vez me identidico con el acre de algún adiós que aún no asimilo

Una abrazo y sigue adelante, me gusta más tu verso que tu prosa, pero es tendencioso porque e ello soy imparcial

Saludos desde Medellín