jueves, 24 de julio de 2008

ENTRE DIÁLOGOS DISTRAÍDOS





ENTRE DIÁLOGOS DISTRAIDOS




Una reunión cualquiera es una ceremonia entusiasta sin aplausos, de forzada amabilidad cuándo fue organizada con esa media obligación de concurrir.
Se forman pequeñas islas cómo si fueran distintas civilizaciones, se agrupan en defensa propia según algunas tinturas de pelo, las uñas perfectas y copas en la mano en que el alcohol se desmoronará en pensamientos inútiles sobre lenguas que discutirán si la manteca es buena para los gatos.
Poco salen a la voz secretos o misterios de esa prehistoria que a veces tienen dos o tres generaciones
La mezcla de perfumes invade todo haciendo olvidar que los olores silvestres eran los ojos que conducían antes a los destinos necesarios.
El olor de los hombres se escapa primero en el aire y quedarán detrás de la puerta como silencios esperando afuera. Y después cada olor volverá a su espalda y descansará en el saco que colgará en algún lugar prolijo de su casa.
Y yo estoy ahí, en esa media forzada concurrencia vestida de amabilidad.
La música parece ya una sacerdotisa longeva que obligan a bailar por todos los ambientes.
Empezaban a deformarse las orillas de lo que veo. Mi vaso no copa lleno de nada y los ojos semiabiertos buscando en algún lugar la luna. Y me senté afuera para ella sola.
Me miraban unos ojos y me pareció ver un caminito de parras celestes y serpentinas. Y después oí tu voz. Y no hablamos de mantecas y de gatos. Sé que por un rato me perdió la luna.


Mercedes Sáenz

5 comentarios:

Sonia Cautiva dijo...

Es hermoso tu relato, Merci. Veo los ojos azules y adivino lo que te produjeron.
Fui lopositivo de una reunión banal y elptroducto de un relato perfectito.
Sonia.
Un abrazo, espero verten pronto.

Anónimo dijo...

Mercedes: sorprende cómo en las mujeres todo es delicadeza casi sin darse cuenta. Los olores. Nosotros, el bruto que llevamos dentro decimos que "somos naturales". Vosotras hacéis de ello una parte de vuestra personalidad.

Hay algo que se llama buena educación y que tiene su reflejo en "pensar siempre en los demás", no en un "agradar" bobalicón, sino un "agradar sin estridencias".

Sonrisas, palabra amables, olores discretos, detalles de dejar pasar, preguntar por la salud, estar enterado de lo que al otro interesa... no es hipocresía, es algo grande. Es la sal de la convivencia.

¡Viva los motoristas!... por esta vez que hacen de libreros.

Unknown dijo...

Mercedes vengo a visitarte, y me encuentro con este cuento que trae lo banal y lo perdurable. Todo en uno, excelente. Para reflexionar. Te abraza, desde el Perú, Julia
http://eltuturutudejulie.blogspot.com
http://vienenpajaritasdepapel.blogspot.com
http://Juliesusfotosyescritos.blogspot.com

ROSA E OLIVIER dijo...

"Desde mi ventana,
campo de Baeza,
a la luna clara!"

António Machado, nasc.26/7/1875, Sevilla...para ti...

Avesdelcielo dijo...

Impecable capacidad tienes, Merci, de captar sutilezas y trancribirlas en dulce narración como ésta.Mi imaginación vol
o y sigue volando, distraídamente . . .
MARITA RAGOZZA