domingo, 16 de marzo de 2008

DOS POR DOS, UNO MÁS UNO

DOS POR DOS, UNO MÁS UNO




Hola. Te voy a contar una historia resumida, bah! mi historia dentro de cuatro hermanos. Igual no creo que sea muy compleja, debe de ser parecida a todas, yo que sé…
Hay uno de mis hermanos, ah, no aclaré que somos dos pares de gemelos.
A mi otro hermano y su copia, le tengo un poco de celos. No le rompen las pelotas, es cómo si su gemelo, el de mi hermano, no existiera, digo yo, porque es cómo si lo siguiera en todo. Siempre juntos, algo así como siameses no pegados pero parecido. No se cuestionan por cual lado ir al laburo, ni los horarios, llegan juntos a todos lados y con el mismo buen humor. Creo que la verdad los envidio.
Ojo. Por momentos no, porque algunas cosas propias les deben romper las pelotas y pareciera que no y un día algunos de los dos va a salir disparado y creo que no tienen el entrenamiento que difícilmente conseguí con mi gemelo y con la vida. Ese hermano mío y su gemelo, pase lo que pase, que sean felices lo más posible aunque no los entienda demasiado.
Mi gemelo que cariño le tengo, claro, me rompe las pelotas permanentemente. No es solamente que nunca está conforme, le doy bola y hacemos cagadas los dos juntos, pero muchas veces no se da cuenta que la cara la pongo yo… y muchas veces mi cuerpo.
Te cuento la última: me dice ¿vamos a Brasil? (me dice eso sabiendo que era un sueño mío)… Qué ahí se nos iba a pasar todo. A ocho mil kilómetros de distancia ¿quién nos iba a joder? Y yo cómo un boludo caigo. Me dice con ese tono que le adivino, compramos un terreno, ponemos un bar, nos enganchamos todas las mujeres, que eso la verdad nos gusta mucho a los dos.
Y fui che.
Sin conocidos, con poca guita, sin referencias ciertas, pero me animé porque a éste algo siempre se le ocurre. Seis meses brasileros saliendo todas las noches, inventando negocios aún irrealizables para los que tenían mejores posibilidades. Poniendo sólo un barcito que al final pudimos vender y salir hechos.
El final es de siempre, él se caga de risa feliz y yo cargando con la extrañada por la ausencia y la culpa de mis cuatro hijos. No les había comentado todavía que tengo cuatro hijos a los que les había dicho que me iba para armar algo sólido.
Y bueno, no lo alargo más porque necesito sentarme con mi gemelo para unificar criterios ya que voy a tener que bancarmelo toda la vida.

JOAQUIN Y EL CHIVO

UN DIA POR CASA


Pasaste un día. Se te esperaba siempre por casa, porque no importaba el parentesco eras como un hijo. La edad que traías encima tu fisonomía la respetaba muy tranquila. El pelo bastante largo, los dientes de una buena sonrisa, una altura importante y una seducción que seguramente no puedo medir aunque ya seas un hombre porque te conocí a los cinco años. No perdiste la ternura y el humor. Sentados todos en una mesa redonda, de esas cortadas con hachuela color hueso cómo los encontrados en el campo, te miraba. Hablabas con mi familia.
Lo que pude saber de tu vida se quedó en mis ojos. Varios años fueron y varias vidas. Te miraba la mano con el tatuaje de las alas de un ángel que tenían las iniciales de tus cuatro hijos.
Tengo la sensación de que te entendí siempre. Tal vez por la casualidad de ser una tía tuya cualquiera y vos ser un sobrino de tantos miles a los que quiero tanto, sin hacértelo saber, sin decirte nada en particular, pero tenía la sensación de que no era la única de tu parentela política que eso sentía. Había algo particular en tu forma de nacer mil veces y de morir de confusión otras tantas.
Tal vez si existe la dualidad geminiana. Y ambos los somos. Lo cierto es que creo y creí que sin haber hablado ni sabido demasiado, que a tu vida la entendí siempre. Y cuándo algún tramo se me hacía más difícil porque el laberinto del que sólo vos podías salir se me hacía cuesta arriba, pensaba cómo dificulta la sensibilidad extrema y el talento cuando son tan grandes y confunden el razonamiento con la inteligencia.
- Estoy escribiendo un libro -te dije- y después de levantar las cejas de complicidad (es el mismo gesto que hacés cuándo van a hacer puré con toda la artillería a un delantero que jugó mal el domingo pasado) y te voy a pedir un favor, si tenés ganas -y otra cantidad de palabras que ya sabés de memoria porque cómo tía grande que soy, cuándo les pido algo es dando catorce vueltas de calesita-: me gustaría incluir una hoja tuya, una sola, la que vos quieras, con lo que quieras, firmando con tu nombre, con seudónimo, anónimo, lo que tengas ganas. No sé cuántas oportunidades voy a tener de hacer otro libro y quisiera que en éste estés. No le voy a pedir esto a nadie más.
Me dijiste –Bueno, cómo no- con un tono tan natural y tranquilo que me confirmó una vez más que te conozco dentro de lo que se puede y te entiendo hasta dónde creo.
Al día siguiente me trajiste esto escrito, chivito.
Mercedes Sáenz

7 comentarios:

Unknown dijo...

Joaquin tu historia se entiende perfectamente, por eso te endemos y la compartimos.Lo mismo que tu talento. Un abrazo, los siete Willies.

Anónimo dijo...

Se acompaña ese relato, chivito. Los tres Heines.

Anónimo dijo...

-A los cuatro(4) los quiero mucho, tal vez porque conviví con ellos mas tiempo que con los otros sobrinos o tal vez por mi gratitud a su madre, que junto con el que me sigue a mi y con la vieja, fueron los que apuntalaron mi debacle.
-A los tres(3)los veo hechos unos hombres, con todas las letras y alegra enormemente ver a mi ahijado-El Chivo-(1), ahora sí con los huevos necesarios para pelea a sus fantasmas.
Aunque carezco de las virtudes de aquellos que me ayudaron a remar, conta conmigo pá lo que mandes.
Te quiero mucho.
- EH

Anónimo dijo...

Antes que nada quiero disculparme con toda la familia, ya que en los momentos complicados por los que paso cada integrante, me sentí en cierta forma lejos.
Formas de ser, algunos son más generosos, más comprensivos, mas esforzados, y otros somos más prácticos, simplistas y esquivos.
No soy de expresar mucho mis pensamientos, pero quiero decir que desde la distancia uno sigue sintiendo cosas fuertes por la familia, tristeza, impotencia, etc.
Joaquín, creo que necesitas convencerte vos mismo de la necesidad de un cambio, pero también sabe, que no estas solo, tenes mucha gente que te quiere, te respeta y te espera.
No es el mejor medio, para mi, para expresar esto, pero es el que tengo en este momento.

Saludos, a todos.

Agustin.

maria jose dijo...

Joaquín-Chivo, muy bueno lo tuyo, creo que todos tenemos un hermano gemelo, no siempre podemos reconocerlo, me encanta que vos te animes a contarlo y por supuesto sé que vas a hacer lo mejor con cada uno.
un beso muy grande y sabés que te quiero mucho
María José Saenz

mercedes saenz dijo...

Que haces manteca? la verdad que es muy lindo lo que pusiste, esa lucha con el inquilino a veces es cruel, otra triste, otra solo la haces por reflejo, porque, a la larga, esta adentro, la verdad que siguiendo con el tema de los pares, se necesitan mas que 2 cojones para estar en tu momento, y lo llevas sin cosas raras, con la espontaneidad y sensibilidad que siempre tuviste, asi que no mires otros pares, ya bastante tenes con tu otro cara, pensa que estamos bastantes cortos de tiempo para lidiar con el candombe de adentro, como para mirar otro sambodromo,
nada mas eso, que andes bien y seas feliz
Luquitas

Sonia Cautiva dijo...

Muy local y es difícil aventurar opinión (¡vaya la opinadora!).
El lenguaje cambia, es intimista y produce curiosidad, porque de hecho que os conocéis todos y yo aquí, de paracaidista queriendo hacerme la crítica.
Pero fue fascinante, o como decía mi amigo el tano Césare "afascinate".
Lindo, muy lindo, Merci