jueves, 27 de marzo de 2008

RECUERDO UNA VEZ QUE ESTUVE



RECUERDO UNA VEZ QUE ESTUVE



Un extraño sueño del libro de las memorias me condujo cada vez más lejos.
Me encontré recostada contra un roble que tiene mil años de aplastados perfiles que reducen historias que tal vez no fueron. Creo recordar, no sé si lo imagino, que una vez estuve juntando feliz carozos de palta unos metros más abajo.
El roble se extendía al norte de ese sur disfrazado de porfiado y secreto.
El miedo (menos sensato) cómo un recipiente frágil me llevaba a una quietud de rezos y cobardía. Navegaba la imaginación o la memoria contramano en un total azul de otras palabras.
Quise quedarme recostada contra un roble que tiene mil años y lentamente recuperar la ternura en el terreno conocido dónde nada lastima.
Me recuerdo con la frente lisa de ideas despiadadas y con las manos húmedas de la buena lluvia. La boca no acababa en mi ni en esa otra oscura voz de la distancia.
Recuerdo que una vez estuve juntando carozos de palta a unos metros.
Más abajo, dónde otro amor era el norte y el sur no era frío.
Recostada en un roble que tiene mil años el amor que duele dura sólo unos segundos.

Mercedes Sáenz

5 comentarios:

rasputinsky dijo...

Desde mi pecera y el otro lado del charco... ¡qué diferentes somos! y eso es magnífico. Espíritu femenino... "sueño de amor" en un viejo roble... Yo me sentiría bajar por las raíces al fondo de la tierra para visitar los mundos subterráneos... donde el hombre purga "temporalmente" su terrenal locura camino hacia las estrellas.

frid

Ignacio Bermejo dijo...

Ha sido bonito descubrirte y leerte. Felicidades.

Un abrazo.

Sonia Cautiva dijo...

Mercedes Sáenz.
¡Acabo de compatir tu roble de más de mil años!
¡QUÉ HERMOSURA TU DECIR !

Avesdelcielo dijo...

Merci, me dejaste trastabillando con la frase final . ¿El amor que duele dura sólo tres segundos? Vuelve cada vez que quieras recostarte contra el roble de los recuerdos y nos deja las marcas que encontramos en los troncos de los árboles de la memoria.
¡Preciosísimo!

Néstor Morris dijo...

Mercedes

Es un gusto saber que San Fernando cuenta con voces como la tuya.
No he leído todo, estuve saltando entre las páginas y todo me resultó bello en forma y conmovedor en contenido.

Sin dudas habrán de cruzarse en otra ocasión nuestras aguas en este delta que son las palabras.
Un abrazo.