IMPORTADOS DEL PARALELO
Éramos hermanos al sur, saltando los cerros, espalda en la tierra buscando en los cielos estrellas cabrito. Ser en ese momento siete sostenía la infancia y la ignorancia de no saber qué ausente estaba la necesidad. Papel escarcha para aprender el abecedario.
Parecía que todo estaba lejos y lo bueno era importado del paralelo. Se hizo una frontera de miedo en nuestro rey y en nuestra reina y los sentidos ya no eran cinco, sumaron la razón y la fe.
Nos importaron a Buenos Aires. A un tablero redondo de ajedrez dónde se movían los trebejos con reglas citadinas. Alfiles negros los árboles, esquinas en las torres y más de ocho peones fuera del tablero. Caballos sin pelos mojados de cansancio.
El rey se fue, la reina nunca. Mate, no el que da la vuelta.
Mercedes Sáenz
4 comentarios:
Mañana te recomendaré a mis amigos aragoneses en Aragón Liberal como blog del día. Saludos. frid desde su pecera.
Es perfecto Merci, escueto y preciso. Con el sentimiento profundo del exilio.
Un abrazo
Me encanta tu cuento hecho con piezas de ajedrez, la infancia en ajedrez; original y creativo, abrazos, Julia
Mer, qué linda evocación de aquella infancia en el sur antes de llegar a los 9 que fueron después.
Impacta la embestida de imágenes atravesadas por la partida de ajedrez de tu vida y las vidas de los que fueron y los que son.
te mando un beso.
FB
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