VERSO DEL DOLOR QUE HA MUERTO
No mueve el sur su geografía
la luna no dejará de ser un cirio
observando el muerto de la noche.
no desgarra la palabra débil
cuándo hay sed de desierto
de querer quedarse sola.
Ya no duele ser a lo largo del mundo
Dejé de temerle a tu nombre
porque no era cierto.
Ni siquiera he mirado los árboles esta mañana,
todavía.
Mercedes Sáenz
5 comentarios:
Hermoso poema, fluye en su lectura.
Y lo importante amiga, es haber perdido el miedo a ese"nombre"
Un abrazo
Mercedes... volví algo agotado porque subí al monte con una ligera infección estomacal que se arregló ya. Hay que aprender a vivir cansado, con dolores, con "sombras"... la gente tiene toda una gran variedad de sombras.
Dice un gran amigo que la madurez no llega hasta que no se aprende a trabajar cansado. Y es así... son los soldados cansados los que ganan la guerra... no los que no se mueven.
Pero siempre... ¡hay que mirar los árboles!. Vale la pena buscar el color.
Si puedes poetizar con el dolor, te nace una mirada nueva cuando mires a los árboles de la mañana.
MARITA RAGOZZA
Un poema precioso, Mercedes, medido y redondo.
Hermosa la imagen de la luna velando la negrura de la noche.
Un beso.
Soledad.
Sintetizando las palabras, haces lo sencillo, bello...sensible...casi una pintura...eres muy buena....azpeitia
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