martes, 30 de septiembre de 2008

CARAMELOS SUCIOS




CARAMELOS SUCIOS



Se levantó cómo siempre de un tumulto y barullo. Sin espejo, más que el chiquito del baño. Algunos de los diez y seis de su familia se habían ido por el día, por unas horas o por un tiempo. No sabía de quién era una cara nueva que dormía en uno de los únicos dos cuartos.
Sacó de abajo del colchón una bolsa pegajosa de caramelos ácidos y unos papelitos de colores rosa liviano y casi transparentes. Los puso arriba de dónde dormía por ratos, si estaba vacío. Envolvió con habilidad uno por uno y los guardó en una mochila que usaba sin saber su dueño. La panza ya hacía ruido y tal vez la otra señora del kiosco, la otra, la que está cerca de la estación, le diera un mate cocido con pan fresco y manteca con olor a derretida. Era el trato si lo veía todos los días vendiendo caramelos.
Se subió al tren después de un día de paro ferroviario. No lo mires dijo la señora parada al lado con una chiquita. Y no lo toques aunque se pare cerca.
En tanto sin que lo viera, uno de sus hermanos envolvía pacos y la señora esa y la otra seguían con sus vidas. ¿Quién quiere mirarlo? Saberlo

Mercedes Sáenz

9 comentarios:

Claris dijo...

¡qué real! y fotográfico...
yo no sé, hoy enloquecí y subí dos más, pero creo que enloquecí en serio! jaja!
gracias por tus comments!!!!

Anónimo dijo...

Veo la escena, la imagino. La indiferencia y el prejuicio. La realidad y su entorno. El taparse los ojos y sobre todo hacerle ver a los niños desde temprano las cosas que no queremos ver. ¿Dios, eso les enseñamos? Tremendo Mercedes. Mi admiración. Juan

Unknown dijo...

La indiferencia a los demás, es lo peor que podemos desear a alguien. Sobrecoge este relato, Mercedes. Es muy bueno, como todo lo que he leído tuyo.
Un beso enorme
MJ

josé lopez romero dijo...

Mi querida Mercedes, a veces siento bronca por aquellos que desconocen lugares como estos, como el tuyo, que destila lo humano, lo que vale de las personas, con toda la basura y lo hermoso de que somos capaces / si, me jode el tiempo que se pierde en pavadas, en careteos que son estiércol, para qué / podrán decir lo mismo de estas apreciaciones pero basta con mirar alrededor para ver qué es lo que está faltando. Mi corazón a pleno con vos Merci.

Anónimo dijo...

Mercedes: Te leo desde el principio. Es la primera vez que te dejo un mensaje. Admiro porfundamente tu manera de escribir, me parece personal, única. Hacés que piense más allá de lo que has escrito. Creo que tardé en darme cuenta que el planteo ante la escritura es lo que yo quiero transmitir en el libro que estoy escribiendo. No digo que la escritura mía, que espero de todo corazón algún día conozcas se parece, pero tienen en común que yo quisisera que la mía se pareciera a la tuya. Compré tu libro en una librería del centro. Hay allí un mail tuyo.¿Podré escribirte? Desde ya muchas gracias y sabé que de mi parte hay unempedernido admirador por esa forma de escribir que hace de tus textos, textos únicos. Te felicito y espero tu respespuesta. Ismael Ordoñez

mercedes saenz dijo...

Estimado Ismael: Acabo de leer tu comentario. Primeramente te lo agradezco desde el corazón, pero no hay ninguna posibilidad de que pueda ayudarte en nada lo que me decís. Sólo puedo leerte con muchísimo gusto. Pero soy apenas una señora que escribe, alguien que trata, aunque muchas veces me cueste duro ciertos murmullos de desconformidad que no me dicen de frente. Eso lo considero normal, no sólo por todo lo que le falta a mi escritua para crecer, si no porque a la gente le cuesta decir cosas cuándo en grupos de pocas personas se arman polémicas. Mejor sería que lo dijeran de frente tanto cómo yo digo que más gratificante sería que yo escribiera para el gusto de todos.
Te agradezco de nuevo tus palabras y escribime cuándo y cuánto quieras, me encanta compartir textos y tal vez así podríamos conversar, conversar escribiendo. Guiarte sería imposible. En una de esas, vos terminas siendo una persona que a mi me ayuda mucho. Es muy probable. Un saludo con todo afecto. Mercedes Sáenz

Sonia Cautiva dijo...

Mercisa:
Hacer comentarios sobre lo que escrbís,te parecerá reiterativo.
¡Tan singular! ¡Tan diferente a los poemas edulcorantes!Ësos, quew se leen por ahí y s´olo tratan de su amor imposible, del que volvió, del que no se tuvo. Supongo que la poesía así como la narrativa no tiene fronteras, pero de lo que sí estoy convencida, es que no pude uno/a abstraerse de la realidad que nos circunda.
Y es por eso que me gusta lo tuyo, porque a veces vas por un andarivel y otras tantas, por otros. Como un collage de ideas-poemas, palabras-sueños.
Perfecto el remate. Me gustó mucho. Un abrazo
Sonia

Anónimo dijo...

Excelente Mercedes. Es detenerse en un gran libro, en una pequeña escena de cine, en el recuerdo de haber visto la imagen y no haber reaccionado. Tus escritos tienen esa particularidad, son retazos vivos en que el pensamientos los hace llaga. Con ese idioma callado y cómplice, cómo si lo dijeras de costado, pero que golpea subliminalmente sin darnos ¨cuenta en el momento de haber recibido un hachazo. Felicitaciones. Martín

Unknown dijo...

Viniendo a verte, despuès de estar en Voces de hoy; gracias por tu comentario a: Ah Ah Ah. Tu cuento me ha conmovido mucho, has pintado un cuadro que pasa frecuentemente y principalmente en nuestros países. La indeferencia ante la miseria y la muerte, besos desde el Perú, Julia